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Humor – Cosas de gays

Ahora que estamos en tiempos de orgullos y saraos creo que es el momento más apropiado para ponernos reivindicativas, que no todo va a ser ponerse a cuatro patas. A veces también tenemos derecho a quejarnos y a hacer un drama de una pequeñez, que somos mariquitas, no Lamas tibetanas.
El caso es que últimamente estoy observando que los heteros, si bien nos aceptan, no nos entienden amigas. Vivimos en un “Lost in Translation” en forma de bucle del que nadie consigue salir.
Han pasado de tirarnos piedras a hacernos preguntas absurdas que no duelen tanto; pero te dejan con cara de tonto. Aunque su intención sea buena, los efectos de éstas son un coñazo nivel “Terelu Campos”.
Hoy nenas, me voy a hacer un “Falete”, me voy a quedar más ancha que larga.

pareja

Bodas gays
En el imaginario heterosexual las bodas gays son un combinado perfecto entre la extensión de una gitana, la diversión de una rave en Menorca y la profusión de droga de un after en Ibiza. Así que cada vez que conoces a una niña en una fiesta y ésta descubre que eres marica, lo primero que te pregunta es cuándo te vas a casar, para inmediatamente después autoinvitarse al evento.
La muchacha cree que va a asistir a un jolgorio lisérgico repleto de unicornios que vomitarán arco irises y de flamencos rosas que cagarán brillantina al ritmo de David Getta, mientras chulazos semi desnudos reparten pastillas verdes, rojas y amarillas como si fueran ‘lacasitos’.
Querida amiga heterosexual, además de ser un poco osada, eres un poco tonta. Las bodas gay en lo único que difieren de las heterosexuales es en los contrayentes, y probablemente en el arrojo de los mismos a la hora de vestirse, en nada más amiga, y en nada menos.

Roles
Cuando una amiga te presenta a su nuevo novio, que probablemente le va a durar menos que a Paquirrín un libro entre las manos, el muchacho viene ya sabiendo que pierdes aceite a chorros, pero eres muy gracioso y su novia te adora. El hombre quiere congraciarse contigo y va a hacer todo lo que esté en su mano para lograrlo… Sin éxito. Gin tonic en mano éste es el orden de errores que cometerá:
Primero té asegurara que él tiene un montón de amigos gays, como si fuéramos un animal exótico, luego se interesará por tu vida sexual, porque para ellos la vida sexual de un marica es de interés público, y te hará la pregunta del millón ¿quién hace de chica y quién de chico? Como si nuestras sesiones de sexo fueran una representación teatral.
Querido ex amigo heterosexual, somos dos tíos que follan, si uno de nosotros fuera mujer seríamos heterosexuales, si ambas lo fuéramos, bolleras. A la mayoría de nosotros no nos hace falta vestirnos de folclórica y guardia civil para echar un polvo, primero porque no tenemos un guardarropa tan extenso, segundo porque no tenemos tanta imaginación, y tercero porque no tenemos tanto tiempo. Somos maricas, no Los Morancos.

Lugres comunues
La mayoría de los heteros están convencidos de que los maricas nacemos, además de con pluma, con un cursillo de diseño de interiores y otro de corte y confección. Nos creen expertos en decoración y moda desde la cuna. Craso error. Sólo hay que darse una vuelta por el ambiente para ver los cuadros textiles que son algunas, o visitar sus casas, que no pasan de leoneras la mayoría de las veces. Que daño ha hecho el Ikea, nenas.
Queridas amigas heterosexuales, que seamos capaces de distinguir entre tres tonos de azul, que sepamos que el caqui también es un color y el beige otro, no implica que seamos Marc Jacobs. Como vosotras, intentamos que los zapatos nos conjunten con la mariconera, poco más.
Tampoco somos diseñadoras de interiores. Así que cuando nos invitéis a vuestras casas no nos pidáis opinión sobre los estores, la distribución del salón o el color de la habitación para que conjunte con la ropa de cama que os regaló vuestra tía la de Cuenca, porque probablemente no tengamos ni puta idea y terminemos jodiendo vuestro chamizo.

Promiscuidad
Mis amigos heterosexuales, esos a los que no puedo dar de baja de mi vida, están convencidos de que los maricas nos pasamos el día follando, algo que les parece estupendo y envidian. Sois muy promiscuos, nos dicen. Perdonad, amigas, no os equivoquéis, los maricas no somos promiscuos por ser maricas, somos promiscuos por ser hombres como vosotros. Las bolleras no van por ahí haciendo la tijereta con todas las que pillan. Son mujeres, son inteligentes, no necesitan muescas en el cabecero de la cama. La promiscuidad no es patrimonio de los gays, es patrimonio de los hombres.
Queridos amigos heterosexuales, nosotros vamos de saunas, nos adentramos en cuartos oscuros y vamos de polla en polla, como si nuestra vida fuera el puto juego de la oca. Vosotros cuando salís entráis hasta a los extintores, sois más insistentes que el gobierno hablando de Venezuela y vais de putas cuando todo lo demás falla.
Queridas amigas y amigos heterosexuales, nosotras y vosotros somos iguales, en lo bueno y en lo malo. Y de eso se trata, pavas.

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