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Vacaciones económicas

Si sois de esas maricas a las que aún no os han retirado el pasaporte por atentar contra la salud y la moral pública reiteradamente, estáis de suerte, es probable que este verano podáis daros un garbeo por el mundo. Si estáis a dos velas y no os alcanza para viajes de altos vuelos, siempre os queda el suelo patrio, con todas las posibilidades que éste ofrece, tías. Ya que estamos en crisis vamos a empezar por esta segunda opción más económica.

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Playa o Montaña
Ambos lugares serían ideales para tomar el sol con el culo al aire y/o cancanear como caniches en celo. El único peligro es que en la playa se os va a llenar el culo de arena y en la montaña de hormigas; pero a vosotras nunca os pararía un pequeño cosquilleo en las merindades del potorro y lo sabéis.
La montaña va a requerir de un esfuerzo aeróbico mayor, a no ser que os dé por nadar hasta la embarcación de un chulo. Eso sí, en la montaña vais a gastar menos, tendréis que tirar de bocadillo y cantimplora, en cambio en la playa no os va a quedar más remedio que lucir palmito paseando hasta el ‘txiringay’ y gastaros un potosí en una mierda de cerveza y un bocadillo de arena. Procurad no meter tripa durante todo el trayecto no os vaya a dar una embolia.
Siempre os queda la visita al súper y la nevera portátil. Sed prácticas, amigas.

Turismo cultureta
Evitad las terrazas, si no queréis que os salgan las vacaciones en Teruel a precio de resort caribeño. Elegid los establecimientos en base a la tapa que regalen con la garimba, por un par de cervezas es probable que os saquen un plato de cocido y media docena de albondigas y con ello os ahorréis 2 o 3 comidas, que luego vomitaréis. Porque sois unas putas bulímicas, y lo sabéis.
Podréis visitar iglesias, museos y monumentos; pero lo más importante, podréis realizaros un montón de selfies, con palo o sin él y dar un poco por el culo en las redes sociales. Y al mismo tiempo tiraros el rollo de la cultura. No es importante ser culto, sino parecerlo. Esto creo que lo dijo Paolo Coelho, o Yola Berrocal, que más da.

Rutas gastronómicas
Después de la tormenta siempre llega la calma, y después de la operación bikini, la operación Falete. La vía más rápida para alcanzar la faletización es plantearse unas vacaciones con la comida como único acicate.
No se trata de viajar de ciudad en ciudad, sino de especialidad gastronómica en especialidad gastronómica. De cochinillo al horno en Segovia al bocata de calamares en Madrid, todo regado con ricos caldos y refrescantes cervezas. Cargad la maleta de sales de frutas y antiheméticos. Seréis uno a la ida, pero abultaréis como dos a la vuelta.

El polvo del camino
Una de las formas más económicas para viajar es conectar el grindr e ir de chulo en chulo. Hay quien se ha recorrido Europa comiendo nabos. Eso sí, para ello debes procurar tener pocos escrúpulos y un enorme apetito.
Algunas sois tan insaciables que es probable que descubráis un nuevo continente y nunca terminéis de regresar a casa, que os gusta más un rabo que a Ulises una odisea, mariquitas.

La mariquita práctica Vs La mariquita acumuladora
Si eres de esas que sufren el síndrome de Diógenes a la hora de hacer la maleta no llegarás muy lejos amiga.
Volcar el armario en la maleta no es práctico, ni económico. Lo ideal es cargar con lo justo y necesario, así que en vuestro caso prescindir de las bragas, al fin y al cabo siempre termináis sin ellas.

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