Super Drags, devolver el glamour al mundo
En plena efervescencia del género “superhéroes” y tras el megaéxito cosechado por RuPaul y sus drags, era de cajón apostar por esta nueva serie animada. De lenguaje irreverente y plagada de glamour, Netflix pone a prueba este mes a las “SuperDrags”, las heroínas que gays, lesbianas y trans estábamos esperando. Déjate rescatar por ellas.
Si no tenías disfraz para el próximo carnaval, Netflix te lo trae en bandeja. Vistos los primeros cinco capítulos, todas querremos ser SuperDrags e impregnar de brilli-brilli las calles de Bilbao el próximo febrero. Y no es para menos, porque, en cierta medida, todas y todos somos Patrick Donny Ramon. Tres currelas de unos grandes almacenes que, día sí y día también, deben soportar a su desagradable clientela y a un jefe que no hay quien aguante. Pero por la noche se desquitan, transformándose en Lemon Chiffon, Cran Sapphire y Crimson Scarlet: tres superheroínas ataviadas con pelucones y bota alta que deben luchar por salvar a la comunidad LGTB de los homófobos y prejuiciosos que pueblan el mundo.
Viendo los primeros avances, puede parecer una versión gay y alocada de las SuperNenas, pero nada más lejos de la realidad. En sus arriesgadas misiones, las SuperDrags utilizan un lenguaje irreverente y se enfrentan a situaciones de “adultos”. Y es que la serie contiene imágenes de índole sexual y situaciones subiditas de tono de lo más estrafalarias. Es decir, no es una serie para todos los públicos.
Heroínas implacables y con un incuestionable glamour, las SuperDrags tienen como principal misión desplegar un manto de purpurina por este aburrido mundo. Lo cual, no nos vendría nada mal. A lo largo de sus primeros cinco capítulos iremos conociendo también el interior de nuestras protagonistas.