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Salud – Fisting

fisting

Por Xabi Bizkaisida – Comisión Ciudadana Antisida de Bizkaia // Donde entran 2 dedos entran 3, y donde entran 4… Utilizar los dedos para penetrar y estimular el ano de tu pareja es una práctica tan normalizada como habitual en el repertorio sexual de cualquiera. Que esa destreza se pueda llevar a un nivel superior y que haya quien cambie esos dedos por un puño, es algo que todavía escandaliza y provoca estupor en las conversaciones más subidas de tono dentro de nuestras kuadrillas. Aun así, el fisting o el fist-fucking, es decir, la  práctica sexual que consiste en la introducción de la mano de forma parcial o completa en el ano, está ganando popularidad y adeptos entre los que más experimentan en el terreno sexual.

Sin embargo, el fisting no es una práctica fácil de llevar a cabo, no está exenta de riesgos físicos y requiere de una preparación que se debe de tomar muy en serio antes de empezar a practicarlo.

Para empezar, hay que asegurarse de que no haya anillos, pulseras o uñas largas en la mano que se va a introducir en el ano. El fisting, de por sí, supone un gran trauma para la cavidad rectal y es importante no añadir elementos que puedan dañar más o producir cortes en la mucosa anal.

El uso abundante de lubricantes basados en agua y silicona (¡nunca en aceite!) es completamente imprescindible en esta práctica donde la dilatación del ano excederá de lo normal y la persona que está siendo penetrada puede llegar a sentir un dolor que no siempre sea placentero. Olvídate de ahorrar lubricante en el fisting. Echa sin miedo! Tampoco te olvides de utilizar guantes de látex de un solo uso. Aportarán higiene, facilitarán la penetración, y protegerán tanto a la persona que está siendo penetrada como a la que está penetrando. Busca una postura cómoda utilizando almohadas y cojines que puedan conseguir un efecto similar al de una hamaca colgante que facilite una correcta penetración.

Y lo más importante: Paciencia, cuidado y comunicación. El fist-fucking es una práctica que ha de llevarse a cabo con muchísima paciencia, con tiempo, en momentos tranquilos (donde la relajación muscular pueda ser viable) introduciendo nuestra mano sin prisas, lentamente, evitando movimientos bruscos y manteniendo una comunicación fluida con nuestra pareja sexual, para saber en todo momento cómo se siente y qué es lo que quiere.

El uso de Poppers que se inhalan y otros vasodilatadores es habitual entre los que practican el fisting. Nosotros nunca llegaremos a recomendar su uso, ya que una dosificación excesiva puede llegar a tener peores consecuencias que cualquier desgarro anal, pero las opiniones son como los culos, todos tenemos uno, así que allá cada cual!

Experimentar es sano y necesario, y si te pica la curiosidad y tomas en cuenta todo lo mencionado, podrás practicar fisting de manera segura y placentera. A veces, para disfrutar en la vida, no sólo hay que abrirse de mente. Hay que hacerlo en más de un sentido!

Tras realizar el fisting, muchos vasos sanguíneos del recto quedan abiertos a causa del trauma, de manera que es imprescindible utilizar el preservativo si posteriormente se pretende realizar una penetración anal ya que, a causa del sangrado, el riesgo de transmisión del VIH y del VHC (Virus de la Hepatitis C) es tremendamente elevado (además del resto de infecciones de transmisión sexual, claro).

Kontuz eta ondo pasa!

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