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Plumofobia

A veces, el absurdo no tiene límites. En pleno 2017, un buen número de usuarios en Grindr o Wapo dicen ser “machos” que buscan “similares”. Gente “masculina” a la que la pluma le produce asco y rechazo. Nos recuerda a países en los que los negros discriminaban a otros de su misma raza solo por ser algo más oscuros. En la actualidad, todos conocemos gays que, con el objetivo de “no dar el cante”, parecer “normales” y no “incomodar” a nadie, optan por reprimir y discriminar a quien vive de una manera consciente y libre su homosexualidad. Y no hablemos ya de los ataques a las lesbianas “camioneras” o “marimachos”. ¿Nos hemos vuelto todas locas?

pluma

Todo aquel que utilice la pluma para hacer daño a quien quiera que la muestre es un verdadero ignorante de la vida. La lucha LGBT nació precisamente para pelear contra aquellos que no nos dejaban vivir ni mostrar al mundo nuestra sexualidad. Resulta paradójico que, de ser un castigo que ha jodido miles y miles de vidas en edad escolar, haya pasado a ser la vergüenza de la parte “guay” y “masculina” de la homosexualidad. Gracias a ella, a la pluma, tuvimos visibilidad en todo el mundo. Intentaron arrebatárnosla, pero le debemos mucho más de lo que te imaginas.

La pluma es parte de ti, y tratar de borrarla es como intentar no tartamudear, quitarte la manía de rascarte el bolo cada vez que piensas o dejar de leer ‘Jara y Sedal’. Pertenece a tu forma de ser, y eliminarla o condenarla se asemeja a un comportamiento más cerca de nuestro amigo Adolf (Hitler) que de Gandhi. ¿Buscas un gay bien macho? Pues cuidado, porque igual te llevas a casa el premio gordo: un señor con la mochila llena de problemas, complejos… y bien de pluma reprimida.

Otra es la discriminación por según qué ropa llevemos. Pero… ¿a ti qué coño te importa si voy con falda, botas, bragas o chamarra motera? ¿Acaso no te das cuenta de la liada que llevas encima, solo para aparentar que te falta sensibilidad para combinar colores? ¿No te das cuenta de que yo también podría discriminarte a ti por parecerte al hermano feo de Bertin Osborne? Intenta pensar y ser un poco más empático. Te irá muchísimo mejor en la vida, guapa.

Vale que te comas un rabo o un coño por las noches… pero que no se note. La falsa aceptación social. No me importa con quién te acuestes, pero que la gente no te asocie con prácticas sodomitas. Hombre, pues así claro que se pueden decir tonterías como “en Bilbao no existe la homofobia”. Es una manera de echar toda la mierda, una vez más, encima de la pluma.

Y lo último: tapar como sea mis gustos musicales y erotico-festivos. ¿Qué si voy a la Lola? Nooooo, yo salgo en Mazarredo, como la gente de bien. ¿Britney qué? No he oído ese nombre jamás, yo soy fan de grupos bien machos como los Mojinos Eskozios o Eskorbuto. Sí, claro, y en cuanto estás sola en tu cuarto te marcas unas coreos con boa rosa (de la última despedida de soltero a la que fuiste) que flipas a colores.

¿Odias la pluma ajena? ¿Y escondes la propia? Lo primero, pregúntate (en serio) porqué. Y después desátate, libérate y disfruta de la vida como te guste. Y no se la amargues a quien ya lo hace. Eso es lo que estamos haciendo cientos de gays y lesbianas contra nuestros semejantes, con mensajitos a través de las aplicaciones y comentarios jocosos en los grupitos de fin de semana.

La pluma es nuestra, y debemos defenderla a muerte, la tengamos o no. Vive y deja vivir, maricón.

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