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Piel bajo 0

 

Debería ser una de las leyendas urbanas más populares: El sol daña nuestra piel, pero el frío no. O esta otra: la piel de la mujer sufre más que la del hombre. Las dos son mentira, las bajas temperaturas estropean nuestra epidermis casi tanto como los rayos del sol. De hecho, con el invierno suelen llegar a nuestro rostro las rojeces y la piel escamada y las células muertas se acumulan con mayor facilidad. Pero no te preocupes, porque en BLUE te hemos preparado unos cuantos consejitos para que este invierno el frío no te pille desprevenid@:

Al igual que con el sol, la piel de todo el cuerpo tiene que estar bien hidratada, especialmente la cara y las manos, que son las partes que más contacto van a tener con el frío. Hay que usar una buena crema hidratante por todo el cuerpo. Da igual la edad que se tenga y ser hombre o mujer.

También hay que proteger bien los labios y evitar humedecerlos con saliva: aunque nos produzca una sensación de alivio, la sequedad aumenta posteriormente. El uso del ‘cacao’ es importante, pero más allá de cómo sepa o huela, tiene que ser un ‘cacao’ hidratante. Aplicar cuatro o cinco veces al día.

No es ninguna tontería, en invierno también conviene proteger la cara del sol. Los expertos recomiendan aplicarse una protección del 15, perfectamente combinable con la crema hidratante.

Aunque tengamos frío, es conveniente evitar las duchas con agua caliente. Lo mejor para la piel, disfrutar de agua tibia y terminar con un chorro de agua fría. El jabón que usemos, mejor que sea suave y neutro. Los más recomendados son los de avena.

Tras la ducha, tenemos que intentar secarnos de una manera delicada, sin mucha fuerza, para estimular el riesgo sanguíneo. Los especialistas recomiendan hacer el secado con pequeñas palmaditas.

La crema hidratante, mejor aplicarla cuando la piel está un poco húmeda, la mantendremos hidratada más tiempo.
Las manos, junto con la cara, son las grandes sufridoras en invierno: cuando salgamos a la calle y haga frío, siempre hay que usar unos buenos guantes. Es importante ayudar a nuestras manos con una buena crema hidratante por la mañana y por la noche, y evitar mojarlas demasiado.

La calefacción también daña nuestra epidermis. Uno de los trucos más recurrentes es intentar humedecer el ambiente que tenemos en casa. Se puede conseguir poniendo un recipiente con agua debajo de la calefacción. El calor que emita el radiador evapora el agua, lo que eleva el grado de humedad en nuestro hogar.

Hay que consumir una cantidad adecuada de agua para mantener hidratada la piel. En la medida de lo posible, también hay que evitar el tabaco y el alcohol, que hacen que aumenten las rojeces. La dieta de invierno también es indispensable para mantener una tez perfecta: además de beber agua, hay que intentar consumir mucha fruta y verdura fresca, quitarnos de la dieta la bollería y reducir la cantidad de azúcar.

Parece una obviedad, pero la piel sufre cuando pasamos frío, así que es muy recomendable abrigarse bien cuando salgamos a la calle.

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