Mikel del Valle
El bailarín bilbaíno Mikel del Valle estrena “Agate Deuna: Las valientes del miedo” en el Teatro Arriaga el próximo 21 de Febrero. Empezó a bailar, de forma más profesional, con 11 años y se tuvo que enfrentar a los ataques homófobos de algunos niños y no tan niños. Reconoce que aún está mal visto que un chico se ponga mayas aunque después, el machismo haga que se vean más hombres que mujeres en puestos de responsabilidad en el mundo de la danza.
BLUE. – ¿Has sufrido homofobia en tu infancia por ser bailarín?
Mikel Del Valle.- Claro que sí. Dentro de la profesión realmente no se vive eso. Pero cuándo era pequeño, en el colegio, cuando decidí apuntarme a clases de danza sí que había niños que se metían conmigo. Pero lo cierto es que a mí me gustaba tanto bailar que me compensaba. El que un hombre se ponga unas mayas no está bien visto todavía, no sé qué tipo de educación tenemos.
B.- ¿Entonces, sigue existiendo la homofobia hacia los chicos que quieren dedicarse a la danza?
M.D.V.- Sí, de hecho los chicos empiezan a bailar de forma profesional más tarde y eso tiene una explicación. En la adolescencia, la época en la que surgen los insultos, muchos lo dejan y lo retoman después de esa etapa, por eso se retrasa su formación. Podríamos decir que la homofoia paraliza en parte la carrera de muchos bailarines. Yo siempre digo que es clave lo que hagas en esa edad, en la danza la formación y la preparación del cuerpo en la adolescencia es vital.
B.- ¿Consideras que has tenido más facilidades en tu carrera profesional por ser hombre?
M.D.V- Qué buena pregunta… Yo no lo he tenido fácil, eh! He trabajado mucho, a diario, como debe ser si quieres tener éxito. Sí que puedo decir que en el mundo de la danza las mujeres ocupan un segundo plano.
B.- A pesar de que en la infancia parezca más aceptado que las niñas hagan ballet, luego resulta que los que más existo tenéis sois hombres y encima sois los que ocupáis los cargos de responsabilidad y dirección… ¿Que paradoja, no?
M.D.V.- Sí, el rol de la mujer en el ballet parece que está muy enfocado a ser pedagogas o intérpretes. Si me pongo a analizar, en mi mundo profesional, hay más directores y coreógrafos hombres reconocidos que mujeres. En cambio ellas son muchas más.
B.- Recientemente ha salido a la luz una noticia del bailarín Felix Arjona en la que se le ofrece actuar de forma gratuita en los Goya a cambio del reconocimiento… ¿Qué te parece?
M.D.V.- Pues considero que una institución como los Goya que se hace llamar la academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España deja claro que la danza es algo precario y no profesionalizado ofertando un trabajo no remunerado para bailarines. Sobre todo que estas galas suelen ser muy reivindicativas de la situación política con el arte en nuestro país y que traten así a la danza (sabiendo de sobra que es la más sacrificada y la que peores condiciones laborales tiene) es bastante lamentable.
B.- ¿Actuarías gratis en los Goya?
M.D.V.- Creo que con todo lo que he luchado durante tantos años fuera de mi casa y haciéndome un hueco en esta profesión y poder estrenar mi nuevo ballet contemporáneo como director y coreógrafo en el teatro Arriaga y compartir programación con referentes internacionales como son Sidi Larbi, Paria Pages o Sasha Walt entre otros, la propuesta de bailar gratis en los Goya no entra en mis planes.
B.- En España no se trata bien a la danza ni se os trata bien a los bailarines. ¿Crees que esto también ocurre aquí?
M.D.V.- Ja ja ja…Vaya pregunta… Yo he estado viviendo 12 años fuera, después de esto sí que siento que se me trata bien en Bilbao. Pero después de haber trabajado muy duro fuera.
B.- ¿Dirías que Euskadi deja escapar a los talentos y luego, a veces, los recupera? Pasa con los actores, con los diseñadores… ¿También con vosotros?
M.D.V.- Podría decirse que sí. También es cierto que el mundo de la danza en Euskadi no tiene muchos recursos. Partiendo de la formación: hay un conservatorio en Vitoria y el superior en Sarriko que apenas tiene 4 años. Todavía falta mucho por recorrer y que tenga unas bases mejor asentadas. Y otra cosa importante, ten en cuenta que no puedes ejercer tu profesión como bailarín en todo el País Vasco excepto que formes parte de una compañía como Dantzaz o Kukai.
B.- Por lo tanto, es difícil dedicarse a la danza y por si esto fuera poco, vivir de la danza. ¿Es así?
M.D.V.- Es bastante precario sí. Si quieres ejercer la profesión te tienes que ir fuera. Hay ayudas por parte del Gobierno Vasco y las Diputaciones pero no hay una cosa super profesionalizada y que te de una continuidad o estabilidad.
B.- Diriges tu propia compañía y no has parado desde la adolescencia… Entendemos que te va bien. ¿No vives al 100% de ello?
M.D.V.- Sí, pero para que te hagas una idea, sigo viviendo de alquiler y compartiendo piso. Tengo una mínima estabilidad económica pero necesitaría tener más funciones… En unos días estreno en el Arriaga pero claro, necesito hacer una gira, por ejemplo. Estaría muy bien que el resto de los teatros de Euskadi acogieran también a los artistas vascos.
B.- ¿Qué cuenta tu obra “Agate Deuna: Las valientes del miedo” ?
M.D.V.- Se trata de un proceso creativo en el que llevo cerca de 2 años. Tenía el recuerdo de cuando salía a cantar de pequeño con las makilas en Santa Águeda y quería recuperarlo. Investigando un poco vi que la historia de Santa Águeda nace en Catania (Italia) y no en el País Vasco. Es una santa que se representa con los pechos cortados. Precisamente, “Las valientes del miedo” son para mí las mujeres que han sufrido un cáncer de mama.
B.- Has llegado a recorrer las calles de Bilbao con un coro…
M.D.V.- Me invitaron a ir con ellos por el Guggeheim, el Casco Viejo, el Arriaga… Y eso me permitió conocer qué tipo de coplas que se cantan en Santa Águeda. También pude ver que las canciones son diferentes según la zona.
B.- ¿Te has puesto en contacto con mujeres que han sufrido cáncer de mama?
M.D.V.- Sí, y lo que me han contado ellas lo he llevado a escena. Habrá imágenes duras, relacionadas con la superación. La obra es un homenaje a las mujeres que han sufrido esta enfermedad. En la mayoría de los casos se tienen que desprender del pecho. En la historia cristiana de la Santa el sufrimiento va de fuera a dentro y en la mujer que sufre cáncer ese sufrimiento va de dentro a fuera. La unión que tienen estas dos mujeres es la pérdida del pecho.
B.- ¿En quién has confiado la escenografía?
M.D.V.- En Ricardo Sánchez Cuerda que es el escenógrafo de moda. Ya trabajé con él hace diez años y esta era una gran oportunidad para volverlo a hacer. Visualmente estamos creando unas cosas bastante impactantes para el espectador.
B.- ¿Y la música?
M.D.V.- En Julio de Escribán, un músico afincado en Inglaterra con el que he trabajo el último año. Y habrá música en directo con la soprano Miren de Miguel.