Manuel de Gotor
El mundo de la moda no es nada fácil. Cada día hay más gente que quiere dedicarse al diseño pero no todos lo consiguen, ¿Por qué? En nuestra entrevista de este mes el creador bilbaíno Manuel De Gotor nos develará el gran secreto de su éxito en este sector. El creador y pionero de la alta costura en ropa interior masculina en España, ha conseguido cruzar fronteras y se codea con príncipes árabes, entre otras eminencias. Tuvo una tienda en la esquina de Máximo Aguirre con Gran Vía (actualmente un administración de lotería). Fue cuando se rehabilitó el edificio Sota, en el año 87, y una de las primeras tiendas fue la suya. También es embajador de la fundación contra el SIDA “Apoyo Positivo” para la cual hizo una colección. Han pasado más de 30 años y ahora está de gira con la exposición fotográfica “La Otra Piel”. Tras pasar por el Arriaga se dirige a la Barcelona Fashion Week y en Febrero a Madrid es Moda con la Mercedes Benz Fasihon Week.
Fotografía: MÓNICA OCHOA
BLUE.- ¿Es cierto que sólo comercializas el 25% de tus colecciones?
Manuel de Gotor.- Hay una parte dentro de la colección, la más espectacular, la que se saca siempre al final del desfile, y que sólo se hace como edición limitada. Hay algunas piezas únicas y otras con una serie máxima de 10. Entre un 25% y un 40% es la parte comercial, la que sacamos más seriada. También hacemos piezas de coleccionista.
B.- Haces alta costura de ropa interior para hombre y fuiste el primero.
M.- En el año 89 se lanzó mi primera colección y se hizo después de hacer ropa de hombre, ropa de mujer, pret-a-porter, peletería, bisutería… En ese año me planteé que hacíamos todos lo mismo y pensé que había que buscar algo que no hiciera nadie. Y en cuanto a ropa interior masculina no había nadie en España y en Europa solo Nikos que estaba en París. Presenté mi primera colección que era en encaje y se llamaba “Todo tuyo”en el festival de moda de San Sebastián, era todo o nada. Al salir hubo un silencio absoluto, pensaba que me iban a lanzar las sillas… Y ya cuando salí a saludar se levantó todo el mundo, la prensa estaba encantada, fue la leche.
Fotografía: JOAN CRISOL
B.- ¿En qué momento te das cuenta de que quieres dedicarte a hacer lencería de alta costura para hombre?
M.- Principalmente cuando me di cuenta de que en España había poco más que los “Abanderado”. Quien golpea primero golpea dos veces, tuve esa suerte.
B.- ¿Qué les dirías a los que creen que te dedicas sólo a hacer ropa interior?
M.- En lo mío sí que es verdad que hay muy pocos que hagan ropa interior y baño. Pero mi concepto es más que eso, es “lencería”, no es sólo calzoncillos y camisetas como hacen otros diseñadores. Mis colecciones ocupan todo el interior masculino, batas, toallas, pijamas, monos, de todo. En eso sigue habiendo un vacío, soy el único.
Fotografía: CARLOS BUENO
B.- Tu trabajo requiere mucha creatividad y atrevimiento. ¿Siempre has sido así?
M.- Sí, desde pequeñito, nunca me han gustado las medias tintas. Para hacer algo que se quede a medias, no lo hago. Además desde muy pequeño he estado metido en el mundo del arte, era una pasión un poco escondida, que ya con la adolescencia saqué adelante.
B.- ¿Cuándo y cómo te planteas estudiar diseño?
M.- Ni siquiera se lo planteé a mis padres. En el año 84, con 20 años, aparecí por Madrid para estudiar otra cosa pero de la noche a la mañana me salí de lo que estaba estudiando y me apunté para estudiar diseño. Mis padres se enteraron cuando fueron a Madrid.
B.- Sabemos que tienes clientes fuera de España. ¿Cómo son?
M.- Tengo clientes en Estados Unidos, Rusia, Emiratos Árabes, Japón, Alemania…
B.- ¿Cómo conseguiste llegar a estos mercados?
M.- Fue en los comienzos de la crisis en España. Tuvimos que buscar qué hacer para que la marca no se fuese al traste y buscamos un mercado paralelo porque nuestros clientes habían cerrado la mayoría de las tiendas o estaban muy mal. Tomé la decisión de dejar de producir en España y centrarme en el mercado internacional, sobre todo en la alta costura y de coleccionista. Por eso hice varios clientes árabes, como algún príncipe de Dubai. Son gente que te abren las puertas a un mundo más exclusivo de clientes que no están preocupados por precio sino por la calidad, el diseño y por piezas únicas.
B.- ¿Cómo son los príncipes árabes para los que trabajas?
M.- Son personas super normales una vez que salen de su entorno y se mezclan en otros sitios. Yo he estado con ellos en Madrid o en París. Son muy buenos clientes y saben muy bien lo que quieren. Tienen muy claro que quieren algo sólo para ellos. Alguna vez que he presentado un desfile y salen esas piezas finales, que son las más espectaculares, tengo a los 4 o 5 días llamada de sus secretarios diciendo que su alteza quiere tal cosa y que tiene que ser única para ellos.
B.- ¿Son importantes los coleccionistas?
M.- Son imprescindibles. Tengo tres coleccionistas en el mundo. Estas personas coleccionan las prendas tal cual se las entregas y las tienen guardadas con su caja y todo, no las utilizan. Coleccionan ropa de cinco diseñadores nada más, uno de ellos soy yo. Las tienen en sus cajas originales. Uno de mis clientes es un personaje muy importante de Barcelona. Para mí es todo un honor que haya gente que valore tanto mi trabajo. Así se hacen las colecciones de moda, gracias a que haya gente que guarda estos productos de esta forma.
Fotografía: JUAN CARLOS VEGA
B.- ¿Cómo son tus clientes?
M.- Desde gente de 20 hasta gente de 50. Es cierto que los más jóvenes utilizan prendas más ajustadas porque buscan realzar sus cuerpos. Se trata de gente que en cuanto puede enseña el calzoncillo. Otro perfil se encuentra entre 40 y 50 años, estos piden piezas más lujosas, de seda, batas más especiales y todo ese tipo de cosas.
B.- ¿De qué nivel adquisitivo estamos hablando?
M.- Normalmente de nivel medio-alto, un calzoncillo de mi colección cuesta alrededor de los 80€ y de ahí para arriba.
B.- ¿Dónde podemos encontrar tus diseños?
M.- En España no tenemos distribución en estos momentos pero quiero, para el año que viene, volver a tenerla en el estado. La intención es montar tiendas en franquiciado en las 6 ciudades más importantes de España entre las cuales se encuentra Bilbao. También en ciudades con mucho turismo internacional como Málaga o Tenerife.
B.- ¿Conoces a nuestros amigos de la tienda “HD Hombre” de la calle Pelota?
M.- Se pusieron en contacto conmigo hace tres años, en cuanto abrieron la tienda, y como le dije en aquel momento, el problema es que no distribuimos en España, pero en cuanto lo hagamos contaremos con ellos.
B.- ¿En alguna de tus colecciones has lanzado algo directamente para el público gay?
M.- No directamente, pero yo hace 15 años empecé a colaborar con la Fundación Apoyo Positivo, contra el SIDA, y hace 6 años me nombraron embajador junto a Jesús Vázquez. En ese momento decidí hacer la colección “Enlazados con la vida” para rendir homenaje a todos los que sufrieron y sufren la enfermedad. Los derechos y todo los doné a la fundación.
B.- ¿Alguno de tus productos o colecciones ha gustado especialmente entre nuestro colectivo?
M.- Pues especialmente mis colecciones basadas en el mundo clásico como “Tritones” del 96, dedicada a los dioses griegos (Júpiter, Neptuno…), esa sí que noté que gustó más al público gay.
B.- ¿Por qué ha habido este vacío en la moda interior masculina hasta hace tan poco?
M.- Porque antes se la compraban las madres, después las novias y ahora se la compran ellos. Y también por el culto al cuerpo que ha surgido en los últimos años, gente que mete horas y horas en el gimnasio para tener cuerpos 10 y quieren cosas chulas para que cada vez que se quiten todo estén súper guapos.
Fotografía:ENRIQUE TORIBIO
B.- ¿Qué es lo más atrevido y arriesgado que has hecho?
M.- Crear prendas que no existían. Entre ellas se encuentran los cubrebaños. Yo veía que la gente iba a la playa y se colocaba la toalla de mala manera como una faldita y me planteé hacer una prenda para ello, crear una toalla que tuviera ya forma de falda.
B.- ¿Te han copiado?
M.- Me han copiado colecciones enteras, con el mismo tejido, los mismos cortes, los mismos colores. Una grandísima empresa de ropa interior nacional. Yo saqué una colección llamada “Ansia” y al año paseando por la Gran Vía de Madrid vi una imagen gigante con un conjunto de esa marca, pero el conjunto era mío. También me ha pasado con una colección de encaje del 89 que 25 años después la ha copiado otra marca.
B.- Los diseñadores estáis bastante desprotegidos en esto, de hecho existe un vacío legal en cuanto a este tema… ¿Cómo te sentiste y cómo reaccionaste en ese momento?
M.- En parte gratificado porque gusta lo que haces, pero por otra parte están usurpando tu idea. Es cierto además que los diseñadores estamos muy desprotegidos. Sólo con cambiar un botón a una prenda ya no se considera plagio, tendríamos que patentar cada una de nuestras piezas, cosa que sería imposible.