Madrid
El epicentro del orgullo
Todavía queda mucho, pero Madrid será la sede mundial del World Pride en 2017, y ya lo fue hace tres años del orgullo europeo (acudieron cerca de dos millones de personas). Con estos credenciales, no es de extrañar que miles de personas elijan la capital de España como destino para un fin de semana redondo. En BLUE te proponemos pasar 72 horas en Madrid…
Las opciones son muchas, pero hemos elegido ir en autobús. Cualquier fin de semana de febrero puedes volar a Madrid por cerca de 70 euros. El tren sale a unos 45 euros el trayecto, casi el doble de que nos va a cobrar Alsa por el autocar. Ha subido hasta los 52 euros la ida y vuelta (80 si te decantas por el Supra, una gozada), pero apostamos por lo tradicional y nos montamos en el bus. Tras casi cinco horas de viaje (con su parada obligada en la fascinante Lerma), llegamos a Avenida América. Es momento de decidir dónde nos hospedamos. La oferta es amplia, y la posibilidad de acabar en un cuchitril, amplísima. Nosotros te recomendamos varias opciones:
Si quieres algo céntrico, y no te importa que no sea un hostal específicamente “gay-friendly”, acércate al hostal Apolo XI. Está en pleno Sol, es asequible (50 euros noche, habitación doble) y cada una de sus habitaciones está pintada de un color. Con el mismo nombre, pero distintos dueños, encuentras el Apolo en Malasaña. Este sí es un alojamiento ‘friendly’ (lo notarás en la vidriera arcoíris de la entrada), está en el meollo de Madrid y cuenta con unas instalaciones limpias y bien cuidadas. Chueca Pensión (50 euros), cerca de la boca de metro de Chueca, el famoso Pizarro (unos 60 euros) en la calle con el mismo nombre, el albergue Puerta del Sol (algo más caro) y el lujoso Room Mate Oscar (entre 90 y 200 euros noche) en la Plaza Vázquez de Mella son otras buenas posibilidades.
Una vez instalados, y para que no se note que hemos venido a salir de copas, es momento de elegir destino cultural para el fin de semana. El plato estrella en estos momentos es el cabaré ‘The Hole’. Divertido y descarado, cuenta con Paco León entre bambalinas y con artistas de renombre como maestros de ceremonias. En diciembre la encargada fue la Terremoto de Alcorcón, pero la jefa de sala va cambiando, así que la sorpresa está asegurada. Si quieres algo más modesto, cerquita de Gran Vía tienes ‘Microteatro por dinero’. Una curiosa iniciativa que consiste en representar pequeñas obras de teatro (15 minutos) en habitáculos para diez espectadores. La experiencia es tan curiosa como agradable. Si vas una vez, repites seguro. Aún así, la fuente cultural de Madrid es inagotable, así que echa un ojo en distintas páginas de Internet para escoger lo que más te llame la atención.
Con el esquema básico en la cabeza, es hora de recorrer las calles Fuencarral y Hortaleza en busca de ropas y complementos difíciles de encontrar por las calles de Bilbao. El Mercado de Fuencarral es una mina (tampoco es barato, avisamos), y la calle Hortaleza cuenta con tentaciones suficientes como para mantenerte ocupado una tarde. Tiendas con curiosidades, diseñadores noveles, artistas emergentes y ropas exclusivas, en las calles de Malasaña: date una vuelta por Espíritu Santo, Pez, Madera y alrededores, y alucina. Raro nos parecería que no cayeras en la tentación de entrar en alguno de los bares y restaurantes de esta zona. Comida casera, una decoración exquisita y precios moderados, las tres razones por las que debes caer. Entre nuestros preferidos, el restaurante Ojalá (calle San Andrés). Además de exquisitos platos, ofrece una pequeña playa, con su arena y todo, en la planta de abajo. Las mejores hamburguesas de Madrid, muy cerca, en la calle Espíritu Santo. El local se llama Home Burger, y acompaña la carne de langostinos, espinacas, paté, o lo que tú quieras. Exquisito.
Hemos comido, comprado y disfrutado de la cultura… Es hora de prepararse y salir “a dar una vuelta por Madrid”. La tradición manda elegir Chueca, pero el ambiente LGTB impregna casi toda la ciudad. De hecho, podemos tomar la primera en el Museo Chicote, un clásico (no te asustes, nada que ver con una muestra de cuadros). No es un lugar específicamente “de ambiente”, pero sí moderno e interesante, algo parecido al ‘Paris-Tokio’, situado en los bajos del hotel Óscar. También puedes empezar la gira en los cafés Mamá Inés y La Troje, dos míticos del ambiente LGTB. Más recomendaciones para los primeros tragos: el Misa de Doce (en Augusto Figueroa), el Nike, con los katxis más baratos de la ciudad (allí les llaman minis), en la esquina con Barbieri o cualquiera de la Plaza de Chueca o la de Vázquez de Mella. Allí se han puesto las pilas y calientan las terrazas con estufas para poder disfrutar del ambiente también en invierno.
Con el puntillo ya en el cuerpo, podemos tomar unas copas (hasta las 3 de la mañana) en los multitudinarios Liquid o Studio 54, en pleno Chueca. Why Not! (en Libertad) y Delirio (Augusto Figueroa) son extraordinarios si te apetece bailar los éxitos de las divas del momento (remezcladas, of course). Para los osos, Madrid acaba de abrir un nuevo local en San Marcos, que funciona todos los días de la semana: el Fuel. Los clásicos en esta rama, el Enfrente, Bears Bar o el Odarko.
Si te apetece visitar algún pub con shows de drags, además del archiconocido Black & White, también es digno de mención el LL, en la calle Pelayo, con unos jueves la mar de animados.
Y si te pilla el toro, y quieres seguir de fiesta, las discotecas de moda en Madrid son muchas: Los viernes tienes el PK2 (ambiente juvenil y pop), en la sala Wind (Plaza del Carmen). Los sábados, el Kluster, en sala Changó (calle Covarrubias), recomendado para mayores de 30 y amantes del house. Como no, aguantan la Boite (viernes y sábados en la Plaza del Carmen) y el siempre a rebosar Ohm, en Callao (sólo es de ambiente gay los viernes).
Para un ambiente exclusivamente de chicas, tenemos el Fulanita de Tal y la discoteca Club 33 (el antiguo Medea), en la calle Magdalena. También, en la Plaza de Chueca y alrededores, Truco, Vendetta y La Bohemia.
También estaría bien que comprobaras si el fin de semana que acudes a Madrid se celebra la We, una fiesta señalada de ambiente marcadamente gay. Cogiendo fuerza va también la fiesta Refresco, en la Riviera.
Si el domingo te quedaran fuerzas (que creemos que pocas te van a quedar), siempre te puedes ir a dar una vueltita por el Retiro (y dar de comer a peces gigantes en una barca) o a ver otro tipo de cuadros en el Reina Sofía. Los domingos es gratis, pero la iniciativa tiene un inconveniente: hay unas colas kilométricas.
Toca volver a coger el bus, pisar de nuevo Lerma, y empezar a planear la siguiente visita a Madrid. No decepciona nunca, palabra de BLUE.