Lamiak
El grado de la veteranía
El Lamiak es toda una institución en Bilbao. Rompió moldes en el 79, abriendo sus puertas con un marcado carácter feminista cuando serlo era aún muy difícil. El bar ha crecido regentado exclusivamente por mujeres, pero ellas huyen de las etiquetas. No es un bar feminista, y tampoco es un bar de ambiente. Es un lugar “abierto a todos los públicos”.
Josune, una de las veteranas del Lamiak, matiza que las noches de los viernes y los sábados el ambiente “es más gay”, pero aclara que el resto del fin de semana y de lunes a jueves “hay de todo”. Afirma, aún así, que la etiqueta no les perjudica. “Ha habido épocas en las que la gente tenía más temor a mezclarse con personas que fueran homosexuales, pero ahora ha bajado mucho la tensión. La gente está más tranquila, lo tiene asumido y asimilado”.
El Lamiak se ha ganado a pulso su sitio en el botxo. El local sorprende desde el primer vistazo: ofrece dos plantas, un espacio amplio, exposiciones de arte, juegos, tartas caseras y buena música. “Tenemos un espacio que es muy especial y llevamos muchos años trabajándolo y manteniendo una calidad y un ambiente”.
El hecho de que sus trabajadoras sean exclusivamente mujeres les supone mantener una tradición “que nos resulta cómoda”, aunque Josune subraya que nunca han querido ser un gueto, “en ningún sentido”. “Siempre hemos querido ser un espacio en el que pudiera entrar mucha gente, que fuera un sitio en el que puedan coincidir personas de distintas orientaciones sexuales, diferente edad… Un bar abierto, al fin y al cabo”.
A pesar de lo arriesgado de su apuesta, el Lamiak tuvo una buena acogida desde el principio. “La gente tiene muy buenos recuerdos de cosas que le han pasado aquí. Muchos y muchas han estudiado aquí, han jugado al parchís o se han corrido sus juergas en la juventud”. “Hemos sido un bar emblemático”, dice Josune.
En el año 83, las inundaciones destrozaron el Lamiak y hubo que reconstruirlo entero. A partir de ahí, surgieron muchos otros negocios teñidos de “la movida progre y alternativa que estaba cuajando entonces”. La voraz competencia no les preocupa, es más, les anima. Creen que el Casco Viejo de Bilbao vive un buen momento porque “hay una oferta de hostelería interesante, y eso es bueno para todos”. Sostienen que “el bien de unos es el bien de todos”.
Aún así, “como todos”, el Lamiak nota la crisis. “La gente sale menos entre semana y se concentra más los viernes y los sábados”. Dice Josune que se la crisis “más larga” que ha conocido en su larga trayectoria. “No acabas de ver el final del túnel, pero yo creo que, después de tantos años, resistiremos”.
Las precursoras del Lamiak son también culpables de la multitud de parejas que han nacido entre esas cuatro paredes. “Muchas se han conocido aquí. Nos cuentan que se veían en la parte de arriba leyendo, haciendo apuntes… ¡Aquí han nacido muchas parejas y espero que sigan naciendo nuevas!”.
Es, además, parada obligada para los rostros conocidos que visitan Bilbao. Jon Kortajarena, Pastora Vega, Victor Ullate o Millán Salcedo han sido algunas de las últimas visitas. “Han sido unos años muy interesantes y distintos”, cuenta Josune.
Le preguntamos también cómo somos los bilbaínos al otro lado de la barra y, elegante, responde que la gente “es cada vez más respetuosa y amable”. Al fin y al cabo, añade, “somos una familia grande”. “Por aquí pasa mucha gente. Hay clientes de todos los días con los que tienes una relación especial. Hay muchas generaciones distintas de la misma familia, aquí puedes encontrar públicos muy distintos”.
Y esa “gran familia”… ¿qué busca en el Lamiak? “Aquí tenemos nuestras especialidades. Vienen mucho a tomar café o gin-tonics. Siempre hay alguien que pide algo raro, pero son excepciones. Aquí, en verano, los reyes son la cerveza y el gin-tonic, ponemos muchísimos”.
El futuro lo afrontan con energía, y de una manera continuista. Seguirán mimando al cliente con sus “puntos fuertes” y apostando por jóvenes artistas para decorar sus paredes. Pero los motivos para pisar el Lamiak van más allá de las copas o la buena música. La veteranía es un grado, y ellas son las madres de todo lo que vino después en las siete calles de Bilbao. Sólo por eso, ya se merecen un puesto destacado en la historia del ‘ambiente’ de la villa.
El Lamiak está ubicado en pleno Casco Viejo de Bilbao.
Lo encontrarás en el número 8 de la calle Pelota.
Abre de 16:30 a 0:00, y si es víspera de festivo, el horario se estira hasta las 2:30AM.
Estamos interesadas en seguir yendo al Lamiak, pero en internet aparece como cerrado temporalmente y al teléfono no responden.
Sí, está cerrado temporalmente ya que han cambiado de dueños, pero prevéen volver a abrirlo dentro de poco.