HOT GYM
Miguel lleva 30 años al frente de un gimnasio que ha visto pasar bomberos, policías, misters y hasta ministros, por lo que entrevistarle se convierte en una masterclass por la que este humilde periodista estaría dispuesto incluso a pagar. Que nos gusta vernos bien y sentirnos saludables es algo innegable, así que BLUE se ha puesto manos a la obra para desvelarte los pocos secretos que te faltan por saber, con el objetivo de que llegues al verano hecho un pincel. Al loro, que hacer abdominales es malo y por las mañanas está prohibidísimo el zumo de naranja. Sigue, sigue leyendo…
B.- Es una época dura para un recién iniciado en el gimnasio. Una vez pasado el fervor de los propósitos de año nuevo… ¿Los bilbaínos mantenemos vivos esos propósitos?
M.- Yo diría que sí. Si se apuntan 20 nuevos alumnos, 12 se quedan. El bilbaíno es duro, pero hay que decirle que, para conseguir las cosas, esto no es flor de un día, hay que darle duro y tiene que haber un profesional al lado suyo para seguir su evolución.
B.- ¿Cuál es la clave para un buen entrenamiento?
M.- A las personas hay que seguirles su evolución, nosotros siempre hemos sido entrenadores personales, porque cada persona tiene su cuerpo, su propia metamorfosis y, por lo tanto, cada uno requiere un tipo de entrenamiento. Hay que saber seleccionar bien lo que ponerle a cada persona. Por ejemplo, cuando alguien entra por el gimnasio, hay que preguntarle qué profesión tiene también, hay que darle un entrenamiento adecuado también al trabajo que tiene.
B.- Otra de las claves, la alimentación…
M.- Sí, la comida es importante, pero realmente es 50-50. Si comes bien pero no entrenas, estarás sano, pero no tendrás tono muscular ni estarás óptimamente. Pero si comes regular y entrenas, estarás bien. Eso sí, si entrenas para competición, hay que controlar las comidas y el entrenamiento con mucha meticulosidad.
B.- Cuando nos apuntamos al gimnasio, ¿tenemos prisa por obtener resultados?
M.- La rapidez no existe, mucha gente está pidiendo un engaño, pero ni puedes ni debes hacerlo de esa manera. Al entrenamiento hay que sumarle la necesidad de comer limpio, pero hace falta, sobre todo que la gente quiera. La gente ya no viene con prisas, porque ya saben que cuesta…
B.- La clave, por lo tanto, la constancia…
M.- Has dado en el clavo. La palabra mágica es la constancia, aquí más vale ir poco a poco, ser constante y regular, que tener mucha evolución al principio y luego no hacer nada. Hace más el ser constante que otra cosa. El que trabaja regularmente acaba consiguiendo los resultados, es como todo en la vida. Esto no es una carrera de cien metros, es de fondo.
B.- ¿Qué es lo primero que pedimos al entrenador?
M.- Los chicos quieren ponerse bien, guapos, igual que las chicas. Pero la mujer es más de estética, y no tanto de físico, diría que son más descuidadas. Los chicos, hoy en día, se depilan, quieren estar guapos, muscular…
B.- ¿Es la barriguita el gran problema de los chicos?
M.- Los mayores depósitos de grasa son el glúteo, el abdominal y la espalda. Lo mejor es combinar el ‘cardio’ con las máquinas y comer limpio: pavo, tortillas de claras, pescado…Eso sí, hay que comer cinco o seis veces al día para impedir que haya ansiedad por hambre. Lo que está claro es que la barriguita proviene de la alimentación.
B.- Nos ha contado un pajarito que has entrenado a alcaldes, ministros, bomberos y hasta misters…
M.- Sí, aquí ha entrenado Jon Kortajarena. Hasta hace poco nos llamábamos siempre por Navidad. Era un chico muy concienzudo, y cuando vino me hizo gracia, todo rubito… Y, mira, ¡ahora está en la élite! En la pierna, por ejemplo, no podía tener mucho tono, porque si no la raya del pantalón se le iba y a la hora de quitarse la camisa tenía que tener un tono, pero no estar musculado. Hay que saber adaptarse al cliente.
B.- Y por tus manos ha pasado también Leticia Savater…
M.- La entrené un día, por casualidad. Cuando la vi pensé… ¡voy a hacerle un favor a miles de padres y niños y me la voy a cargar haciendo ejercicio! (risas). Luego resultó ser encantadora, una cachonda mental.
B.- El problema es que los gimnasios ‘low cost’ compiten con lo que más duele, el precio…
M.- Sí, pero no son perfectos. Pertenecen a multinacionales, y es imposible que se puedan mantener por sí mismos, aunque tengan medio millón de personas, porque, quitando el IVA, cuestan unos 14 euros por persona, y eso es imposible: hay que pagar la luz, el agua… No puede haber un hotel de cinco estrellas a precio de uno de dos. Ya lo ha dicho hace poco el presidente de la Asociación de Gimnasios, es imposible que un gimnasio se mantenga con esos precios, sobre todo por los gastos que tiene y con un IVA del 21%.
B.- ¿Y dónde dirías que está el truco?
M.- Es un sistema americano, allí es todo muy barato, pero luego la toalla, el papel higiénico, la ducha, o el ‘personal trainer’ hay que pagarlo aparte, con lo cual es redondo. Es el fast-food del deporte, en un gimnasio de esas características no se consiguen los objetivos, pienso que hay que saber ser profesional en cada profesión. La gente piensa que por 20 euros va a lograr sus objetivos, pero no: te vas a encontrar sin sitio para entrenar, las entradas sin regular, los entrenamientos sin programar…No hay entrenadores, y si los hay son personales a 40€ la hora, más o menos.
LOS CONSEJOS DE MIGUEL
EL VENENO: Casi todos los alimentos son necesarios. El chocolate, por ejemplo, se necesita, pero no hay que comerse toda la tableta. Pero el mayor peligro, el mayor veneno, es la bollería industrial.
EL DESAYUNO PERFECTO: Para empezar, por las mañanas no hay que tomar zumo de naranja, porque te bloquea la bilis y da ardores. Es mejor tomarlo de piña o melocotón. El desayuno perfecto empieza con avena con leche semi-desnatada o de soja, luego una tortilla de tres claras y una yema con atún natural, dos rodajas de piña natural y un café. Además, frutos secos como las nueces o el aceite de oliva en crudo son maravillosos.
POTRO EN LA DIETA: Hay que comer carnes blancas: pollo, pavo, conejo o incluso potro, que en Europa se consume mucho y tiene un 3% de grasa. También aconsejo comer arroz y pasta, en caso de estar a dieta mejor la pasta, pero si estás entrenando y andas bajo de hidratos, es más necesario el arroz.
ABDOMINALES, STOP: Es la gran mentira, el gran error. Nunca hay que hacer abdominales. Hay que hacer dieta y cardiovascular, pero nunca toques el abdominal. Tampoco hay que hacer abdominales laterales, porque te sale la morcilla. Si quieres tener una buena cintura, haz dieta, corre y haz lumbares. Para tener abdominal hay que hacer una vez a la semana como MÁXIMO.
EL CARDIO, AL FINAL: Otro de los falsos mitos del gimnasio. Muchos entrenadores nos indican que hagamos bicicleta antes de entrenar, y, realmente, sólo hay que hacer cinco minutos. Después de las pesas, cuando ya has combustionado los hidratos, vas y haces 35 minutos. Es ahí cuando obligas al cuerpo a tirar de los depósitos de grasa.
PIZZA Y HAMBURGUESA… ¡ENTRE SEMANA!: El conocido como “día trampa” no hay que hacerlo un día de fiesta. La hamburguesa tiene que venir el lunes o el martes, que es cuando la quemas, porque entrenas. Si no, todo eso va al depósito de grasa.
CARNITINA, NUNCA ANTES: No funciona antes de entrenar, hay que tomarla cuando tienes el motor en marcha, a mitad de entrenamiento o al final. Los batidos sí funcionan, son una maravilla, y no engordan en absoluto.