Gigi Boom – El Kenbarbie español
Hace dos años que se operó. Algunos dicen que es el Ken-Barbie español pero lo cierto es que Giulio Martin Muñoz es tan solo un joven de 26 años que ha querido convertir su cuerpo en lo que realmente ha deseado ser desde pequeño. Eduardo Casanova contactó con él por Instagram y le ofreció participar en PIELES. Según Gigi, el director de cine no ha querido cambiar nada de él a la hora de rodar. En esta entrevista el explosivo madrileño nos desvela cómo fue el proceso de su cambio físico y cuál ha sido la aceptación en su entorno.
BLUE.- ¿Qué opinas sobre la película Pieles?
Gigi Boom.- La película reivindica que la gente físicamente diferente pueda llevar una vida normal. Prácticamente todos los actores tienen una caracterización en la peli, pero Edu quiso que yo saliera tal y como soy.
B.- ¿Cómo conociste a Edu?
G.B.- Fue él el que se puso en contacto conmigo por redes sociales a raíz de que se hiciesen reportajes sobre mí. Me dijo que ya estaba inmerso en la grabación, el rodaje había comenzado, pero le había encantado mi esencia y sin la necesidad de cambiarme nada quería que yo saliera en la peli sí o sí. Trabajar con él ha sido un lujo y super fácil pese a que yo no había actuado nunca.
B.- ¿Cuál es tu papel?
G.B.- Yo hago de una persona que trabaja en un prostíbulo, eso no tiene que ver conmigo, pero en cuestión de imagen se me ve a mí como soy, con mis estilismos, mis escotes…
B.- ¿Por qué decidió Casanova contar contigo?
G.B.- Hoy en día es muy raro encontrarse un chico con los pechos y el culo operados, que no haya tenido la necesidad de cambiarse de sexo ni nada. Simplemente estoy contento como yo soy pero me gusta ensalzar ciertas partes de mi cuerpo. Eso es lo que le gustó de mí y me convirtió en su musa, por así decirlo.
B.- ¿Cómo tomaste la decisión de operarte?
G.B.- Era algo que tenía en mente desde siempre, ese canon ideal que todos tenemos sobre cómo queremos ser, aunque lo veía complicado. Cuando conseguí ahorrar algún dinero y el banco me lo permitió, tuve la posibilidad económica de hacerlo. Los cirujanos tenían miedo. Me costó encontrar a uno que me diese la confianza para hacerlo. Lo hice poco a poco, fueron tres operaciones. Dos en el pecho, la segunda para aumentar su tamaño, y luego el aumento de glúteo. Yo quería ser delgado pero con curvas.
B.- ¿Se lo contaste a tus amigos y familia?
G.B.- No, lo hice sin comentarlo en mi casa porque sabía que les parecería una locura.
B.- Una vez operado, ¿Cómo reaccionó tu entorno laboral?
G.B.- Trabajo en un banco y la verdad la reacción fue bastante más suave de lo que esperaba. Una vez operado, antes de volver al trabajo, publiqué fotos en las redes sociales para que me vieran y el impacto a mi vuelta fuera menor. No fue tan duro. Pero supongo que también habrá gente falsa e hipócrita que no me ha dicho lo que piensa. Tampoco tienen elección, o me tragas como soy o no te queda otra.
B.- ¿Y en casa?
G.B.- Pues mal. Me decían que estaba horrible, que me quedaba fatal, que había deformado mi cuerpo, que no me hacía falta… Fue duro pero yo me veía bien y eso me ayudó a seguir adelante. Pero es cierto que casi nadie me apoyó, solo alguna amiga.
B.- ¿Te han discriminado después de realizarte estas operaciones?
G.B – La verdad que sí, si dijera que no te mentiría. Pero yo estoy tan feliz con mi cuerpo y tan satisfecho que no me ha afectado.
B.- Mucha gente físicamente diferente, ya sea de nacimiento o no, es discriminada y señalada hoy en día. ¿Por qué crees que ocurre esto en nuestra sociedad?
G.B.- Vivimos en un país muy reprimido y con mucha envidia. Hay mucha gente a la que le encantaría cambiar y verse como le gustaría ser. No digo como yo, que no me considero un ejemplo de nada, cada uno tiene su gusto. La gente a veces no se atreve a ponerse lo que le gustaría porque somos un país que critica mucho. La sociedad está muy reprimida. La vida es muy corta como para malgastarla intentando satisfacer a los demás.