Crossdresser
Faldas y tacones, en la intimidad.
¿Aprovechabas siempre que aita y ama ‘bajaban’ a tomar algo para probarte largos camisones de seda o vestidos de noche con su correspondiente brilli-brilli? ¿En Carnavales optabas siempre por cambiar de sexo y estabas en tu salsa? Tranquilidad, practicar el corresdressing o, lo que es lo mismo, ser crossdresser es algo maravilloso y cada vez más extendido.
¿Qué significa? Pues muy sencillo: travestirse o ponerse la ropa propia del género opuesto, sobre todo en momentos de intimidad, y por diversión o disfrute sexual. Se asocia sobre todo con hombres heterosexuales, pero no es exclusividad de este colectivo y, a pesar de lo que mucha gente piensa, no está relacionado con la orientación sexual de la persona.
Muchos crossdressers se travisten simplemente para disfrutar de esa parte femenina que todos tenemos, pero otros lo practican como un fetiche sexual. Aún así, estas personas no se sienten atrapadas en un cuerpo que no les corresponde, no son transexuales, ni ansían cambiar de sexo.
Como muestra de que ser crossdresser mola y es más habitual de lo que pensamos, existen ya numerosas webs y blogs que hablan del tema, y otras tantas empresas que han puesto el ojo en este negocio: ofrecen servicio de crossdressing por horas y ponen a disposición del cliente un variado vestuario y maquillaje. También dan la posibilidad de participar en reuniones de amantes del crossdressing.
Es cierto que gran parte de nuestra sociedad, la que sigue chapada a la antigua y con la mente más cerrada que el Parque de Atracciones de Artxanda, sigue viendo con extrañeza movimientos como el crossdressing. Pero también es verdad que existen parejas en las que uno de sus miembros disfruta travistiéndose con el consentimiento y, muy importante, el apoyo del otro.
Y es que las preguntas que se nos vienen a la mente son muchas y variadas: ¿por qué coño los tacones y los vestidazos son sólo para mujeres? ¿por qué no podemos salir a la calle como nos de la real gana y tenemos que seguir los patrones de una moda que cada día nos da más pereza?
Bueno, pues gran parte de estas cuestiones las tratan en ‘EnFemme’, un documental que, final y felizmente, podrá llevarse a cabo tras una ardua campaña de crowdfunding a través de Verkami.
En él, nos muestran cómo se vive tras las cuatro pareces del club ‘EnFemme’, un ‘refugio’ de primera ubicado en Barcelona donde los hombres pueden escoger falda sin tener que ocultarse. El docu incide en los miedos de los crossdressers, en sus sentimientos y en los vínculos que han surgido durante los diez años de vida de esta nueva y joven comunidad.
Son las historias de Sofia Dior, la presidenta de ‘EnFemme’ y toda una referencia para los crossdressers a nivel mundial, Julia Justinne, una veterana de 60 años, Judit, Xesca o Soraya. Hombres que disfrutan vistiéndose de mujer y volviendo a su rol de hombre con total naturalidad y disfrute. Y que trabajan porque este relativamente nuevo colectivo sea aceptado a los ojos de todo el mundo.
Atentas todas, porque el docu se podrá ver después del veranito.
Muy buenos conceptos