Copenhague
Hoy toca subirnos a un avión y en menos de tres horas plantarnos en la capital de Dinamarca, Copenhague. Si lo que queréis es lucir un plumas de marca tipo Moncler la solución es que esperéis unos cuantos meses, si optáis por el verano y que nos os suden los bajos fondos con tanto abrigo, ahora disfrutaréis de unos paisajes maravillosos con una temperatura más que agradable. La ciudad, que no es demasiado grande, aúna un casco viejo sembrado de historia y varios edificios fieles representantes de la arquitectura de vanguardia. Es una ciudad donde el diseño nos entrará por los poros de la piel en uno de esos viajes en bicicleta que nos daremos por la city. A esto hay que sumar una vida cultural de primera y el hecho de que se haya convertido en la capital gastronómica de Escandinavia.
Si llegáis por la tarde no perdáis el tiempo, a toda leche acercaros al puerto de Nyhavn para disfrutar de la puesta de sol, es el mejor momento del día para ver la imagen del canal flanqueado de barcos de madera y almacenes, con más de cien años a sus espaldas, convertidos en bares y restaurantes en los que poder disfrutar de las típicas rebanadas de pan de centeno con camarones, salmón o arenques marinados, lo más típico del país con una buena cerveza danesa. Al día siguiente lo más recomendable es que desayunéis fuerte para daros una buen caminata, Copenhague es una ciudad pequeña así que a pie y en bici os la recorreréis sin problemas. El recorrido podría arrancar en la plaza del ayuntamiento, un edificio precioso recubierto de múltiples estatuas de la mitología nórdica como dragones o serpientes. Muy cerca está el Tívoli, el parque de atracciones más antiguo de Europa, la visita por la noche tiene un encanto especial.
Creo que ya hemos hablado de las cervezas danesas, no os perdáis la visita a la colección que el fundador de la marca Carlsberg hizo a la ciudad, hablamos de varias colecciones de arte moderno y antiguo que podréis ver en Ny Carlsberg Glyptotek. De ahí, y a pata perejil por la calle Stroget, llegaremos hasta la espectacular plaza de Kongens Nytorv, uno de los puntos de encuentro de la ciudad donde los jóvenes se adueñan del espacio, así que podría ser un buen lugar para echar la caña al margen de los garitos a los que luego os llevaremos de la mano, ya sabéis que un moreno entre tanto rubio es sinónimo de triunfo. De ahí deberéis coger rumbo hacia la Catedral de Nuestra Señora, el Teatro Real de Copenhague y los almacenes Magasin. Pero sin lugar a dudas una de las visitas más famosas de la ciudad, desde que se estrenara en nuestro país la serie “Borgen”, es la del Palacio de Christianborg, sede del parlamento, donde se desarrolla la mayor parte de la trama. Tampoco os deberéis perder el castillo de Rosenborg, la Galería Nacional de Arte de Dinamarca, con su colección de artistas daneses o el jardín botánico. Pero estaréis pensando si al que escribe este texto se le han esfumado las neuronas desde el último día del orgullo y no habla de la famosa sirenita, he preferido dejarlo para el final aunque se trata del símbolo de la ciudad, es tan poca cosa, que seguro que os defrauda, pero acudir a haceros hueco a codazos para sacar una buena foto.
Pero vamos al lío, Copenhague es una gran ciudad para la cultura gay, con una larga reputación de aperturismo y tolerancia y un amplia selección de bares y clubes gay-friendly con variedades para todos los gustos donde no faltan ni las drags, ni el cuero, ni los osos y no os olvidéis que también tiene su propio festival de cine gay. Si queréis que empecemos por el final lo haremos, en esta ciudad sólo hay una sauna exclusivamente gay y se llama Friend. Eso sí, hablamos de tres pisos de sauna, laberintos y cabinas, a pesar de todo los nórdicos son de otra manera así que no os esperéis grandes orgías como en otros lugares de Europa.
Pero antes de ir en busca del calor de pecho ajeno nos vamos de copas y empezamos por el Oscar, cerca del ayuntamiento, es un buen punto de arranque incluso con la música del dj de los viernes. Para los amantes del cuero Mens Bar, pantalones vaqueros y chaqueta de cuero son sus señas de identidad y para los que quieran algo más duro Jailhouse CPH, un bar del centro que es una auténtica prisión, con policías, barras y esposas. Para los que salgan en busca de un hetero despistado está el Cosy y para los amantes de tener muchos tíos donde elegir, Masken Bar, dos plantas llenas de chulazos. Cita obligada Centraljornet, el primer bar LGTB de Dinamarca, un buen sitio para tomar una cerveza y disfrutar de música en directo. Never Mind Night Club es un bar LGTB abierto todo el año para todos los que se queden hasta que se haga de día, el bar no cierra nunca antes de las 6 de la mañana y si hay más ganas de fiesta sigue abierto durante horas, para vosotras chicas os recomendamos Vela, un bar-discoteca sólo para vosotras ubicado en la zona de Vestebro. Allí podréis hacer de todo, charlar, beber, jugar a los dados, así hasta la madrugada, hay fiesta a cualquier hora del día y de la noche, además se organizan eventos culturales, sesiones de dj y lecturas en grupo. Cita obligada es el Cafe Intime con una larga historia a sus espaldas ya que estrenó su barra en 1922. En su primera época los clientes contaban con salas privadas vigiladas por el gerente del bar, ahora se ha convertido, quizá por eso, en un bar de encuentro de la comunidad gay.