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Cartelera – «Queer Eye» y «Love, Simon»

¿Por qué todo el mundo habla de Queer Eye?

Con el retraso que nos caracteriza, en BLUE te hemos querido descubrir este mes un producto que empezó su andadura hace ya quince años. La omnipresente Netflix ha sido la encargada de resucitarlo, y, por el momento, parece que ha acertado de pleno con su apuesta. ¡Bienvenidas todas al nuevo show de los “Fab Five”!

En 2003, el programa “Queer Eye for the Straigth Guy” tuvo una repercusión inesperada en los Estados Unidos. Hay que tener en cuenta que hace década y media la cosa estaba aún más anquilosada que hoy en día en el tema LGTBI, así que pocos apostaron por el éxito de un formato que consistía en cinco gays que ayudaban a un hetero a cambiar su estilo de vida. Pero la cosa funcionó, y si las Spice están a punto de volver otra vez, ¿por qué no recuperar “Queer Eye” en pleno 2018?

Para empezar, los “Fab 5” (así se conoce a los cinco chicos gays encargados de la misión) no son los mismos de 2003. El programa estrena nuevos rostros, aunque el objetivo es el mismo que antaño: erradicar el mal o dudoso gusto de una persona concreta, pero a través de una transformación integral. Así dicho, sabemos que la cosa suena a un “Cámbiame” a la americana, pero no, amiga. Nada que ver.

Para empezar, en “Queer Eye” no verás despropósitos como el que sufrieron Chiqui o Rebeca en los platós de Mediaset. Más que nada porque no se trata sólo de un cambio de imagen, sino una vuelta integral a la vida del “concursante” en cuestión. No en vano, los cinco fantásticos están especializados en moda, diseño, cuidado personal, nutrición y cultura.

En esta década, estos cinco coaches no se limitarán sólo a actuar en Nueva York, y se dará cierto protagonismo también a la vida y obra de los “fabs”, a través de entrevistas.

Como siempre que se emprende un proyecto relacionado con el mundo LGTBI, las críticas no se han hecho esperar. Hay quien rechaza el formato por “perpetuar estereotipos”, tanto de heteros como de gays, pero los responsables de esta nueva etapa se defienden asegurando que el único objetivo del programa es “ayudar a las personas”.

Y, vistos los primeros episodios (ya disponibles en Netflix), podemos decir que se trata de un programa “transgresor” y verdaderamente novedoso. La química de los cinco coaches elegidos con el público tiene mucho que ver en todo esto: exhiben la pluma con total tranquilidad (como debe de ser), tienen carisma, utilizan un lenguaje perfecto para llegar a su público y alguno de ellos se ha convertido ya en todo un sex-symbol en la escena LGTB a nivel mundial.

Otro de los puntos fuertes de esta versión moderna de “Queer Eye” es el enfoque que le han querido dar: se nota que, entre las intenciones, está la de destruir la concepción actual de masculinidad y promover la tolerancia. Y, para ello, nos hacen llorar, reir y reflexionar, gracias a trascendentales conversaciones entre coaches y concursantes.

Los primeros episodios los colgaron en febrero, pero ha sido ahora cuando la cosa ha cogido su vuelo. Los fans, sedientos de una segunda temporada, no han tenido que esperar mucho. El 16 de junio, Netflix respondió a su demanda colgando 8 nuevas entregas, en los que, por primera vez, también participan una mujer y un transexual.

Explicado todo esto… ¿todavía os parece una versión yankee de “Cámbiame”? Pues no, amigas. Y afortunadamente, Carlota Corredera tampoco está implicada en el asunto.


Love, Simons: Amor entre iguales… y desconocidos

No, lo que tienes entre manos no es la SuperPop. Seguimos siendo la BLUE, a pesar de que en los últimos meses te estemos bombardeando con productos LGTBI destinados, básicamente, a teenagers.

Has visto una y otra vez el anuncio de “Love, Simon” en tu tele amiga, y, en este caso, las apariencias no engañaban. Es un pastelón adolescente que, de haber sido protagonizado por “heteros”, podría ocupar perfectamente la franja de media tarde en Antena3. Pero, por otro lado, aplaudimos la iniciativa y creemos que un largometraje de este pelo era necesario para los gays, trans y lesbianas más jóvenes. ¿Por qué? Básicamente porque lo van a ver estudiantes y porque les va a servir para pensárselo dos veces antes de marginar o insultar a algún compañero sólo por ser diferente.

La peli de Greg Berlanti, protagonizada por Nick Robinson, nos presenta a un chaval corriente y moliente. Un tío de instituto con cuadrilla de amigos, familia (demasiado) modélica y cierta facilidad para el ligue con el sexo contrario. Tiene 16 años, y guarda un secreto. Un secreto que comparte con un usuario del blog del instituto, del que se enamora sin haber visto jamás su rostro. Moñas y romántico, sí, pero bonito a su vez.

El romance entre estos dos púber y las consecuencias que tendrán las mentiras de Simon para ocultar su realidad centran un largometraje que, siendo previsible, deja un buen sabor de boca una vez visto.

En Estados Unidos, la peli ha arrasado en taquilla, lo cual da cierta sensación de esperanza. Esperanza de que la sensibilidad hacia quien se “sale de la norma” aumente, y la empatía se centre en aquellas personas que no acaban de encontrar su sitio en el mundo.

Es una película simple, pero llena de color, amor y amistad. Una cinta que apuesta por la libertad, que está bien hecha, que tiene un buen elenco actoral, y que cuenta una historia que todos y todas hubiéramos deseado vivir alguna vez en la vida.

No va ser la peli de tu vida, pero si los jóvenes de entre 13 y 25 acceden a verla (y la acaban aceptando), habremos dado un paso importante en la educación en valores.

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