Budapest
BLUE decide arrancar el año proponiéndote una pequeña escapada a una de las capitales europeas más desconocidas y sorprendentes para el turista de a pié. Hace sólo diez años que ingresó en la UE y algo más de cien desde que ambos márgenes del Danubio se unificaron. Tiene cerca de 2 millones de habitantes y está dividida en 23 distritos, que podrás visitar en dos o tres días sin estresarte.
Suponemos que elegirás el avión para desplazarte (la otra opción es recorrer 1.777 kilómetros en coche), por lo que lo primero que verás de Budapest será el aeropuerto de Ferihegy, ubicado a 22 kilómetros de la capital. En taxi, te costará unos diez euros llegar a la ciudad, cuatro más que si optas por el transporte público.
Una vez allí, acomódate en el hotel, deja la maletita, y date una pequeña vuelta por el centro para familiarizarte con el entorno. Las dos calles principales de Budapest son Váci Utca y la Avenida Andrassy. La primera transcurre junto al Danubio, y va de la Plaza Vörösmarty (haz una parada en la pastelería Gerbaud, la más famosa de la city) hasta el Gran Mercado Central (los domingos está cerrado). Podrás disfrutar de señoriales edificios del siglo XVIII y de las principales tiendas de moda, souvenirs y restaurantes. Es la calle más elegante de la ciudad y no hay turista que no la pise durante su periplo. Aún así, si quieres adquirir productos típicamente húngaros, pasea por Erzébet y Terez: allí encontrarás unas excelentes cremas hidratantes, páprika o el famoso vino de Tokay. Tampoco dejes de disfrutar de Andrassy, un largo boulevard que une Erzsébet tér con la imponente Plaza de los Héroes, y que cuenta como principal reclamo con el edificio neo renacentista de la ópera. Su fachada está adornada con esculturas de famosos músicos y compositores. En este punto, tienes dos opciones: una interesante visita guiada durante hora y media o sacarte una entrada para una función de ópera y ballet (las hay casi todos los días, y no son excesivamente caras).
Llegada la noche, si os apetece un poco de juerga, cerquita encontraréis los mejores pubs de la ciudad. Además, esta avenida desemboca en el Parque de la Ciudad, de parada obligatoria.
Tras un merecido descanso, nuestro siguiente objetivo es el Parlamento de Budapest, sin duda el edificio más representativo de la ciudad y uno de los más populares de Europa. Después de los de Argentina y Rumanía, es la cámara más grande del mundo, cuenta con cerca de 700 habitaciones, y la visita de dejará boquiabierto. Eso sí, intenta comprar las entradas a través de internet, porque si no, es muy posible que te quedes con las ganas.
Otro de los edificios que te harán sentir en un cuento de hadas es el Castillo de Buda, también conocido como Palacio Real, desde el cual alucinaréis con las mejores vistas de la ciudad. En el interior están la Galería Nacional Húngara o el Museo de Historia de Budapest y junto a él, el Puente de las Cadenas, el más antiguo de Budapest y el más famoso del Danubio. Además del castillo en sí, en la colina de Buda encontraréis muchas callejuelas en las que perderos sin rumbo y admirar una arquitectura que combina lo medieval con lo barroco. Por la noche podréis disfrutar del conjunto arquitectónico convenientemente iluminado y finalizar la visita en el templo gótico Nuestra Señora de Buda.
También en la colina de Buda, el Bastión de los Pescadores es una fortaleza-mirador situado en la orilla oeste del Danubio que te regalará las mejores vistas del Parlamento y de Pest iluminada. Si te apetece seguir respirando el ambiente medieval, adéntrate en el Laberinto del Castillo de Buda una atracción que gustará mucho a los más txikis.
De haber seguido todas nuestras indicaciones, estaréis reventados, así que llega vuestro momento de relax: reservaos un paseo en barco (con cena y música en directo, a poder ser) para disfrutar del Danubio y de los edificios iluminados de Budapest.
Ya habéis disfrutado de lo básico pero, si os queda algo de tiempo, BLUE os propone que paseéis por el Parque de la Ciudad, la Isla Margarita, la Ciudadela, el Castillo de Vajdahunyad y el Balneario Széchenyi. En este último, perdeos un par de horitas, no tiene nada que ver con lo aquí llamamos ‘balneario’…
La guía rosa de Budapest
El Orgullo Gay de Budapest es famoso por varias razones: Fue el primero en celebrarse en los países del antiguo bloque comunista, dura una semana y, además del clásico desfile de carrozas, incluye proyecciones de películas y fiestas a lo largo de siete intensos días. El propio alcalde de la ciudad se ha dejado ver durante las celebraciones, algo impensable, por ejemplo, en el Orgullo madrileño… Además, Hungría acogió Mister Gay Europa en 2007 y 2008 y fue sede de los Eurogames hace sólo tres años.
Tampoco es que la capital húngara sea un hervidero de locales gay-friendly, pero cuenta con varios atractivos para el público LGTB: el Hotel Termal, en Isla Margarita, con sus conocidos baños, el balneario Kiraly, el único de ambiente gay, o el popular Action Bar, famoso por sus shows picantes. Coxx (sólo para hombres), Misterio Bar o el club Alterego se han convertido en referentes para el mundo LGTB durante los últimos años. Para las chicas, recomendamos la Sala V o Milkshake, una antigua cárcel reconvertida en una disco para ellas, los últimos sábados de cada mes.
Los eventos para esta primavera
• Fiestón en la Casa de la Ópera: Cada año, el último sábado de febrero, la Casa de la Opera se pone (más) guapa para convertirse en el mayor salón de baile de Hungría. Un espectáculo único.
• El Carnaval del Danubio: A principios de marzo, en Budapest no se andan con chiquitas: como si de una boda gitana se tratara, los carnavales duran diez días. La mayoría de los actos son gratuitos y se desarrollan en la plaza e Vörösmarty o el Puente de las Cadenas.
• Festivales de música: Te destacamos dos. A mediados de marzo, el Festival de Primavera: 200 conciertos de música sinfónica, ópera o danza al aire libre o en los principales teatros de Budapest. Dos días antes de finalizar, arranca el Budapest Fringe Festival, una lanzadera de bandas de música alternativa que hace las delicias de lugareños y turistas.
• Festival del Vino y el Jazz: Si visitas Budapest en Semana Santa, disfrutarás de la gala que conmemora el final del invierno y que gira en torno al vino y al jazz, como su propio nombre indica.
• El Galope Nacional: Tiene nombre de película X, pero en realidad es un grandísimo evento hípico que Budapest celebra desde tiempos inmemoriales. A principios de junio, durante cinco días.
Cosas que tienes que saber antes de embarcar
Los mejores meses para pisar Budapest son mayo y septiembre. Sólo de esta manera evitarás un verano con máximas de 30 grados o inviernos por debajo de los cero. Te recomendamos que lleves paraguas, la lluvia es bastante habitual.
La moneda oficial del país es el florín húngaro, un nombre que nos encanta. Hungría tenía planes para instaurar el euro a corto plazo, pero, por de pronto, tendrás que cambiar el dinerito antes de volar a Budapest. Los precios, eso sí, son bastante más económicos que los de otras capitales europeas (tampoco era muy difícil).
¿Qué tal andas de inglés? Pues esperamos que bien, porque no creemos que te vayas a saber defender en húngaro, el idioma oficial de la capital. Es una lengua muy diferente al castellano y al inglés, pero casi todos sus habitantes dominan la lengua de Shakespeare.
Budapest también tiene sus récords: Su metro es el más antiguo de Europa; se inauguró, nada más ni menos, que en 1896. Además, cuenta con el mayor número de pozos de aguas termales y medicinales a nivel mundial. En cuanto a museos, no se queda atrás: hay más de 200, así que… ¡organízate!