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Paliza homófoba mortal en La Coruña

En la madrugada del viernes al sábado, Samuel de 24 años y auxiliar de enfermería, era asesinado de una brutal paliza a las afueras de una discoteca. Un grupo de jóvenes le propinó puñetazos y patadas hasta dejarlo herido de gravedad y tirado en la calle. Pese a que los servicios de emergencias trataron de reanimarlo durante dos horas, nada pudieron hacer por salvar su vida.

Según las primeras informaciones, Samuel salía de una discoteca junto a unas amigas, cuando una de ellas inicio una videollamada. Varios testigos señalan que un grupo de jóvenes comenzó a increparla al pensar que les estaba grabando y Samuel, para calmar los ánimos, intentó interceder. Entonces, sin mediar palabra, ese grupo de jóvenes comenzó a darle puñetazos y patadas, dejándole malherido y abandonado en la acera.

Sin embargo, en este punto, varias personas se han identificado a través de las redes sociales como amigos de la víctima y han señalado que Samuel era homosexual y que los agresores golpearon a Samuel al grito de “maricón”.

«Nos quitaron la única luz que iluminaba nuestra vida»

El padre de Samuel ha dejado una carta en el lugar del crimen, donde expresa su gratitud a los servicios de emergencia, a la ciudad de A Coruña y compartir del dolor que ha dejado la muerte de su hijo.

Hola, soy el padre de Samuel, quiero primeramente agradecer el excelente trabajo de los equipos del 061 por todo el esfuerzo realizado en cuanto al pronto atendimiento de nuestro hijo.
Nos quitaron la única luz que iluminaba nuestra vida. Sabemos que vamos a tener un camino muy largo por recorrer. Estaremos apoyados en nuestra familia, amigos y compañeros que nos ayudarán a salir de este camino oscuro.
Agradecer a nuestra maravillosa ciudad, A Coruña. Gracias de corazón. Que Dios pueda recompensar todo el cariño que nos estáis brindando. Un abrazo muy fuerte a todos y deseamos que nunca más llegue a ocurrir otro día tan negro como el que estamos viviendo.
NO A LA VIOLENCIA.

1 Comment

  1. feminiateo

    Tenemos que luchar ante el auge de los movimientos involucionistas y no dejar ninguna agresión sin respuesta. Las personas que no respondemos a lo que el heteropatriarcado esperaría de nosotras tenemos que estar más organizadas, al menos tanto como la gente conservadora, que se reúne un rato todos los fines de semana en sus templos. En torno a una nueva religión atea/agnóstica, no dogmática, feminista, antirracista, ecologista y aliada de los movimientos LGTBIQ, lo conseguiríamos, y seguramente se formarían muchas comunidades. En infinito5.home.blog escribo sobre ella.

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