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Jose Antonio Nielfa (La Otxoa)

si estuvo presente en nuestro nacimiento allá por el 2012, fue nuestra madrina y portada de nuestro primer número, y nos abrió las puertas de su casa y de su corazón desde el primer instante… ¿cómo no íbamos a estar con él en lo que parece su despedida de los escenarios tras su espectáculo “agur otxoa feroz”?

charlar con Jose es vivir de primera mano experiencias que han ayudado a que hoy no tengamos que vivirlas. y prueba de que es, ha sido y será un referente es la cantidad de gente que se acerca mientras realizamos la entrevista; unos (muchos) conocidos para saludarle, pero también desconocidos para felicitarle y decirle que ha sido un referente para los de su generación (lo dice una chica de 50 años) y que está convencida de que también lo va a ser para las futuras generaciones.

• REVISTA BLUE.- ¿Qué te llevó a tomar la decisión de realizar el espectáculo “¡Agur Otxoa Feroz!”?

– Jose Antonio Nielfa- Pues fíjate, fue una casualidad. El actor y periodista Unai Izquierdo hizo una obra sobre Ocaña .-el pintor y activista José Pérez Ocaña-. y yo le dije que antes de Ocaña, en el sesenta y tantos, estaba yo en Barcelona con la dictadura y nos detenían y que teníamos que hacer algo. Fue un comentario que le hice después de ver la obra y felicitarle, y derepente un día me llama y me dice: “estoy trabajando en elo tuyo”. Yo pensaba que no lo íbamos a realizar, pero me llamó y salió adelante. Nos afrecen la Sala BBK para hacerlo y así empezó todo.Unai estaba un poco asustadillo por si algo no me gustaba, pero estaba todo perfecto, así que adelante… y al final, ¡un exitazo!

• R. B.-  ¿Se trata de una despedida del mundo del espectáculo?

– J. A.- No tengo ni idea.Yo no dije que me iba a retirar, pero en septiembre cumplo 77, con lo cual, me canso mucho. Ha sido un espectáculo que exigía muchísimo para mi edad. Yo cantar con un pantalón y unas zapatillas no me importa, pero con los tacones, la peluca… me agota mucho. Cuando terminé las representaciones me dio una angina de pecho, que no sé si fue casualidad que la tenía ahí, o fue por el sobreesfuerzo que hice. Ahora haré las galas de verano, y no sé hasta cuándo. Pero vamos, lo de “retirarme”, el personaje creo que sí.

• R. B.- ¿Qué aspectos de tu carrera artística te llevas contigo como aprendizaje después de todos estos años de artista?

– J. A.- Todo favorable. Todo muy bonito. Eso sí, momentos difíciles, porque yo que vengo del mundo de la canción, que quería dar espectáculo cantando no quería ser un cantante al uso como Raphael o Camilo Sesto, que eran mis referencias cuando era crio, cantando con una corbata… ¡qué aburrimiento! Con 18 años me fui a Barcelona y allí había mucha cultura del cabaret, y eso fue mi inspiración: me voy a transformar, y canto y aparte doy espectáculo. Pero yo no quería ser un transformista como los que había que eran imitadores de estrellas, que imitaban a la perfección con el maquillaje, los gestos… y eran increíbles. Pero eso se perdió, no se esforzaban tanto, derepente un moreno se ponía una peluca rubia e imitaba a Carina… todo un disparate. Y yo me definía a mi mismo como  cantante, humorista con faldas. 

A veces la gente que está metida en el mundo del transformismo se enfada conmigo, pero es que yo no soy transformista, ni me preocupo tanto por las pelucas, los maquillajes, los zapatos… como están ellos pendientes. Yo cada vez que sacaba un disco, sobre esas canciones me hacía el vestuario.

• R. B.- ¿Qué te inspiró a convertirte en transformista y dedicar tu vida al mundo del espectáculo?

– J. A.- Me inspiró Barcelona. Yo fui a cantar a Barcelona, era muy tímido, y vi la oportubidad de cantar transformado. Cuando me metía en el camerino y me empezaba a maquillar me volvía provocador, descarado. A mí me impactó ver el New York de Barcelona de noche, el Gambrinus… vi a los mejores, a Escamillo, La Madame Arthur, La Pavlovsky… yo en el 67 ya actuaba. Hoy en día no voy casi a Barcelona, ahora me parece una ciudad antipática, pero en aquella época era la puerta de Europa, adelantada a París. La avenida del Paralelo era un escándalo, 50 teatros y salas de cabaret… era algo increíble.

• R. B.- ¿Qué aspectos del transformismo crees que han cambiado desde que comenzaste hasta ahora?

– J. A.- El nivel ha bajado mucho. No había nadie que se subiera a un escenario si no era un buen imitador de estrellas (que no son transformistas), eso o artistas como yo o Paco España que veníamos de la canción. Los mismos presentadores tenían una personalidad y una identidad propia. Y la ropa era espectacular, nos gastábamos un dineral en brillo, lentejuelas… era espectáculo. Ahora no, ahora se ponen cualquier vestido de un escaparate.

• R. B.- ¿Qué desafíos enfrentaste a lo largo de tu carrera?

– J. A.- Desafíos a la censura; desafíos a la hipocresía; desafíos a los políticos…

Siempre que estás en un a lucha y que hay algo que te parece indecente, como lo que han hecho con nuestro colectivo, no tienes que bajar la guardia nunca. Cuando yo canté “Libérate” en el Arenal no me quemaron de milagro, y ahora son ellos los que organizan el Orgullo Gay.

Tampoco puedo olvidar el franquismo, cuando me detuvieron por tomar una copa en un bar presuntamente gay. Nos llevaron a todos y nos hicieron la primera conducción de homosexuales de la historia en el año 68 (cuando en Francia se respiraba libertad). En marzo nos detuvieron en Barcelona, hacen una conducción y nos llevan al penal de Burgos (pasando por la cárcel de Zaragoza, al día siguiente la de Pamplona, Carabanchel de Madrid). Nos soltaron en mayo del 68. Mes y pico en la cárcel.

Políticamente es muy importante saber sónde se está. Siempre ha sido la izquierda la que nos ha apollado, y fueron los que nos quitaron los antecedentes, los que quitaron la Ley de Peligrosidad, que no se nos olvide… y no toda esta gente que se está poniendo ahora medallitas.

Yo únicamente he estado afiliado a un partido, Euskadiko Ezkerra, que era donde protegerme, como cuando de pequeñito te pegaban y les decías “ya verás cuando se lo diga a mi hermano”, pues para mí era ese hermano mayor.

• R. B.- ¿Cuál crees que es tu legado para la comunidad LGBTQ+?

– J. A.- La lucha que hemos hecho, no solo yo. En los 60 había 5 bares gays en Bilbao, y teníamos unos cojones como el caballo de Santiago. Éramos un colectivo que lo mejor que teníamos es que estábamos muy unidos. Si nos detenían, nos detenían a todos.

Yo me he enfrentado a todo el mundo. Aquí por no ir con pantalón de mahon y vestir diferente también me han detenido, y estuve tres días en la comisaría acusado de escándalo público por llevar un traje verde fui detenido a la 1:00 del medio día bajando las escaleras del Arriaga. Yo he luchado con tra la injusticia. Si ha tenido transcendencia y ha ayudado, genial, pero que conste que lo he hecho porque me parecía injusto y por mi mismo. Que luego ha tenido transcendencia y he sido un referente, pues de puta madre, pero sobre todo lo hic porque me parecía terrible.

Muchos se acercan a mí a hacerse fotos y me dicen que gracias a mí han comprendido porque no sabían lo que les pasaba. Todos sabemos de sobra lo que nos pasa, pero entiendo y respeto que hay que tener cojones para decírselo a la familia.

En nuestra época había homosexuales que estaban en contra de nosotros porque pensaban que como éramos tan descarados pertenecíamos a una clase más barata. Y todo por asumir quiénes éramos, porque como ellos eran de familias que meaban Channel, no podían hacerlo. Yo no estoy en contra de esa gente ni me voy a enfrentar nunca siempre y cuando no se metan con nosotros.

• R. B.- ¿Cómo fueron tus comienzos dentro del ambiente?

Era una cultura que yo adquirí en la calle. Yo cuando me di cuenta de que era gay no había ninguna información. Yo era un chico que jugaba al fútbol y que con 14 ó 15 años me di cuenta de que me gustaban los chicos, y pensaba que me pasaba solo a mí. Hasta que un día me di una vueltita por el Casco Viejo, y con una mirada me di cuenta de que no estaba solo, sino que éramos montones. Y todos estábamos con ansias de libertad. Vivíamos informados de todos los países que eran más vanguardistas, nos íbamos a Biarritz a bailar a lo ´agarraó´. Fue una época yambién muy bonita a pesar de los riesgos.

• R. B.- ¿Hay algún momento o experiencia particular que recuerdes con especial cariño de tu carrera?

– J. A.- Muchos. Yo quería cantar, pero además de cantar he hecho cine, he retransmitido partidos de fútbol, he participado en programas del corazón, he estado en todas las ediciones de los Goya, cuando le dieron a Almodovar al Óscar; he estado en las mejores fiestas con todas las estrellas, Lola Flores, Sara Montiel. He hecho musicales.

Sin olvidar, claro, el momento en que canté “Libératé” en el Arenal, que fue impresionante.

Pero lo que recuerdo con más cariño es cuanso Euskadiko Ezkerra organizó en la Feria de Muestras un festival e invitó a todos los cantautores, Sabina, El Gran Wyoming, Aute, Pastor, Paco Ibáñez… todos los cñasicos que estaban en el exilio, y entre todos ellos, La Otxoa. Y encima como ellos son muy serios, cuando salí yo arme la revolución.

• R. B.- ¿Qué consejos darías a las nuevas generaciones de artistas que están comenzando su carrera?

– J. A.- Que se preparen porque está muy difícil y el espectáculo está tirado por los suelos. A los goviernos no les interesa nada la cultura. Se hacen muchos espectáculos que a pesar de tener mucho éxito mueren porque no hay donde seguir haciéndolo.

Hay que tener mucha suerte para vivir de ello, y lo que sí les dirí es que no se arrastren por 4 euros, que hay que tener caché, en un trabajo tan crítico, y donde a veces después de todo lo que trabajas, no gusta, y parece que has asesinado a alguien. Si nosotros mismos no nos valoramos, esto se va a la mierda.

• R. B.- Como artista, ¿te has sentido valorado de forma diferente a otros por tus ideologías?

– J. A.- Totalmente marginado porque no he sido de ellos. Ya te digo que casi me queman cuando canté “Libérate”. Hubiera sido diferente si la hubiera cantado con su bandera, pero yo no soy de derechas, y aquí gobierna un partido de derechas.

Tampoco me han nombrado “ilustre” y han nombrado a algunos que es para reirse. Pregoneros han sido los que se han acercado a ellos, y yo nunca les he estado haciendo la pelota. Eso sí, me da lo mismo, porque el reconocimiento es la calle, y la gente no es tonta y saben por qué siempre están los mismos, todos los años, en todos los sitios, contratados por ellos, y no me llegan ni a la uña del pie, porque ni cantan, ni bailan… solo tienen mala lengua… y son su portavoz. Y yo voy a ser el portavoz de la verdad, de los que han asesinado por ser de izquierdas y de toda la gente del colectivo que ha sufrido por estar ahi defendiendo, y que les ha importado tres cojones ni el dinero ni la fama

• R. B.- ¿Hay algo que te gustaría haber hecho en tu carrera y que no tuviste la oportunidad de hacer?

– J. A.- Yo creo que he hecho mucho más de lo que pensaba.

• R. B.- ¿Hay algo que te gustaría decir a tus fans y seguidores que te han apoyado a lo largo de tu carrera?

– J. A.- Darles las gracias a ellos y a los que no me han apollado, y pedirles que den normalidad a lo que es normal, que a mí con nueve años me gustaban los chicos… ¿qué niño con nueve años puede ser un vicioso? Así que hagan un trabajo interior y se den cuenta de que somos normales.

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