El Pez Gato anda suelto
Estás tan tranqui en el sofá, cuando un sonido que conoces muy bien te saca de tu letargo. Es el Grindr o el Wapa, con un perfil que dice querer ligar contigo. Pero tu instinto dice que algo no encaja, y que la conversación es algo forzadita… Pues cuidado, porque podrías estar ante un tentador caso de “catfishing”, o lo que es lo mismo, ante un “perfil falso” que podría querer complicarte la existencia.
El concepto “CatFish” es aplicable a todo el mundo que utilice las redes sociales para buscar pareja o un rollete sexual. Lo que es la nomenclatura la conocimos gracias a un reality de la MTV cuyo nombre no queremos recordar, pero que tuvo a bien ponerle nombre a una práctica que, quien más quien menos, ha sufrido alguna vez.
¿Qué es un “CatFish” (pez gato en castellano)? Básicamente una persona que se protege en el anonimato de Internet para mentir o embaucar a otras personas que sí se atreven a desvelar su identidad real.
Por lo tanto, primer consejo, aunque sea de perogrullo: cuidado con enamorarnos o engancharnos a alguien a quien nunca hemos tenido delante (la pantallita de tu móvil no cuenta).
Quizás pienses que eso sólo le ocurre a la gente con menos amigos alrededor, pero los “CatFish” son verdaderos artistas en engatusar.
Lo primero que suelen hacer es elegir una primera víctima para descargarse todas sus fotos y usurpar su identidad. Objetivo: escoger una segunda víctima, tú mismo por ejemplo, para engañarla y obtener fotos y confesiones íntimas a cambio de nada.
La ley no te ampara. Si un “CatFish” te saca fotos, datos personales o confesiones guarras, date por fastidiado.
Pero, sin emparanoiarte, sí puedes tomar ciertas medidas para comprobar si ese sospechoso nuevo ligue es o no un “Pez Gato”.
Paso número uno: mírale el Facebook. Si tiene pocas fotos y subidas en un solo día (o en un corto lapso de tiempo) sospecha. Que tenga muchos amigos no quiere decir nada, hay programas que pueden ayudarte a tener 300 “coleguis” en poco más de una semana. Comprueba también si está presente en otras redes sociales. Si no lo está, cuidadín.
Importante comprobar la interacción con amigos y familiares en sus perfiles. Si en su lista de amigos sólo hay “postureo” y “tios buenos de gym”, mal asunto. Las personas normales solemos dejar rastro de cómo somos o qué pensamos en nuestros perfiles. Si no lo hace, podría ser un “embaucador” de redes.
Más allá de Internet, si cuando intentas cerrar una cita cara a cara siempre tiene excusa… mal asunto también. Un “CatFish” nunca puede conectarse por Skype o suele tener estropeada su webcam.
Conclusión, los “CatFish” son personas aburridas que se entretienen embaucando a otras, generalmente más inocentes y confiadas. No hay que cerrarse como un mejillón ni desconfiar de todo lo que se menea, pero sí intentar no perder el tiempo y, lo que es más importante, ilusionarnos y darnos la ostia. Como dijo aquel, “Cuando algo es demasiado bonito para ser real, probablemente no lo sea”.
CURIOSIDAD
El término “CatFish” nació en 2010. Se deriva del título de una peli documental de Nev Schulman, que descubre que la mujer de 25 años con la que tenía una relación “online” aparentemente amorosa no era tal. Como la vida misma, cariño.