Frente al Casco Viejo, al otro lado de la Ría bilbaína, se encuentra “Bilbao la Vieja”, el barrio más antiguo de la ciudad. Esta zona es la más intercultural del Botxo, comercios de “sabores del mundo” conviven con tiendas de diseño, librerías alternativas, peluquerías, propuestas hosteleras innovadoras, tiendas de arte y espacios artísticos. Locales de ocio nocturno y ambiente gay se concentran en esta zona de la ciudad junto a tres equipamientos culturales: Bilbo-Rock “La Merced”, Bilbao Arte y el Museo de Reproducciones Artísticas.

Hace una década la recuperación de esta zona era uno de los planes del Ayuntamiento bilbaíno. Un proyecto que atrajo a numerosos artistas al barrio y las consiguientes polémicas por la masificación, subida de precios… El guión habitual cuando una zona un tanto abandonada de repente aparece en el radar municipal y artístico.

Bilbao la Vieja lleva años arrastrando el título de ser el barrio más degradado de Bilbao, con un índice de paro que ha llegado a alcanzar el 40% de sus 15.000 habitantes. Los edificios en mal estado también estaban en la boca de los que hablaban sobre el barrio. Hasta hace aproximadamente 15 años, el 10% de los 5.000 edificios estaban en unas condiciones nefastas. En cambio, la zona se está convirtiendo en uno de los principales rincones de inversión de la ciudad. Arquitectos, jóvenes emprendedores y mucha gente en busca de un nuevo espacio alternativo están ya invirtiendo para convertir Bilbao la Vieja en el Soho bilbaíno. Está empezando a ser un lugar turístico, ha pasado de no estar anunciado en ninguna agenda de viajes de Bilbao, a ser una zona visitada por gente famosa.

Museo de Reproducciones de Bilbao
A lo largo de su historia el Museo se ha ubicado en tres sedes diferentes: las Escuelas de Berastegui, las Escuelas de San Francisco y la Iglesia del Corazón de María, actual ubicación desde el año 2006.

Hablamos de uno de los museos más antiguos de la capital vizcaína y tiene como objetivo la compilación de obras clásicas del arte. Entre las obras reproducidas fielmente de museos como el Louvre, el Museo de Berlín, los Museos Vaticanos o el Museo Británico, se encuentran el Friso de las Panateneas del Partenón, los Esclavos y el Moisés, de Miguel Ángel, la Venus de Milo, la Victoria de Samotracia, el Laocoonte y sus hijos, el Apoxiomenos, la Diana de Gabies y el Apolo de Belvedere, entre otras.

Un museo abierto a la colaboración ciudadana y con una escuela de dibujo con  cursos de arte, mayormente de pintura, impulsados por el Ayuntamiento y la Diputación.

Arroces del mundo
A primeros de junio se realiza en la Plaza Corazón de María el concurso gastronómico “Arroces del Mundo”, con 23 ediciones hasta el momento. Se trata de un evento de carácter participativo, festivo, intercultural y reivindicativo que tiene al arroz como elemento central, con el objetivo de potenciar la participación social, poner en alza la riqueza de la diversidad de personas y culturas de nuestro entorno y favorecer la interculturalidad.

Mercado “Dos de Mayo”
El rastro Dos de Mayo ofrece cada primer sábado de mes un espacio de encuentro para todas aquellas personas que desean acercarse a la calle Dos de Mayo con el ánimo de curiosear, pasarlo bien, participar y comprar. El concepto del que parte,  es  que  ‘el comercio es vida’: las calles comerciales son las que presentan más flujo de transeúntes.

El contenido del rastro es de carácter bohemio, artístico y cultural con objetos en general, de segunda mano y artesanos y abierto a otros eventos como muestras de música, folclore, artesanía, arte, etc.

Mitología
El Puente de La Merced es uno de los que unen las calles del Casco Viejo con Bilbao La Vieja, y cuenta una leyenda medieval que en aquella época existían unos seres alados que vivían en las zonas boscosas del actual barrio de San Francisco y que de vez en cuando se acercaban a las tierras pobladas. Según decían, esos seres, que no se sabía si eran machos o hembras y siempre iban en pareja, se acercaban a quienes estaban solos o desamparados y cuando les rozaban transformaban el ánimo de las personas, que pasaban a sentirse afortunadas y queridas y así encontraban amor y suerte en la vida, encontrando pareja o, si ya la tenían, conservándola hasta el fin de sus días.

Muchos siglos después, el ingeniero que diseñó este puente recuperó estos seres alados y colocó ocho farolas con dieciséis de estos seres, dispuestos en parejas a los dos lados del puente. Dice la leyenda que si tocas su pecho o su lomo con una caricia, te beneficiarás de su protección en el amor y la buena suerte.

Ocio Nocturno
La oferta que ofrece Bilbi no termina tras la cena y es que en la zona se encuentran algunos de los locales más emblemáticos de la noche gay y gay-friendly de Bilbao. Puedes encontrar  un amplio número de locales de copas, de los que destacamos dos en los que puedes disfrutar hasta altas horas de la madrugada:

El Badulake: Como ellas mismas lo definen, es el lugar donde todo ocurre… Diversidad y mezcla de gentes que lo llenan cada fin de semana desde hace ya una década. Mucho público y muy variado, buena selección de música pop y no pocos guiños a los 80, son los secretos para cerrar la noche perfecta.

El Balcón de la Lola: Con un tamaño más amplio y sitio para poder bailar hace que se asemeje más a una discoteca. Su oferta musical es variada y cambia dependiendo del día (electrónica, house, comercial…). Gente de todas las edades y condiciones se juntan allí para quemar las últimas horas de la noche.

Gastronomía
El Muelle Marzana ha resurgido y se ha convertido en la zona de moda de la ciudad por tener alquileres más baratos que en las siete calles y un encanto especial.

Para muchos el mejor lugar para tomar el vermú o unos vinos y cañas antes de que se encienda la noche. La plaza Marzana, sobre el muelle con el mismo nombre, se ha convertido en el centro neurálgico de este barrio. Con vistas a la ría, el mercado de Atxuri y la iglesia de San Antón, las escaleras de piedra son ya una de las postales más modernas de ese nuevo Bilbao que, en realidad, tampoco es tan nuevo.

Uno de los grandes atractivos actuales de la zona reside en la variedad e innovación en cuanto a oferta gastronómica, que la convierte en lo que podríamos denominar un “barrio foodie”. Hay incontables lugares donde disfrutar comiendo de manera diferente. Desde la cocina de autor del restaurante Arima, que mezcla los sabores mediterráneos con guiños de todo el mundo, hasta el Mina, con estrella Michelín, o la familiaridad de ZubiBuru, donde degustar unos ricos pollos pollos y croquetas caseras al más puro estilo de cervercera.