Humor – Aste Nagusia entre mariquitas
Queridas amigas extranjeras, a la vuelta de la esquina, además de con una puta, una pokeparada y una mierda de perro, también os vais a dar de bruces con la Aste Nagusia, la única semana del año que dura 9 días, algo que sólo puede pasar en Bilbao y en un agujero negro; la física cuántica es solo comparable a la idiosincrasia de un Bilbaíno, y lo sabéis. O no, me da igual.
La semana grande bilbaína, también conocida como el camino de Santiago de las alcohólicas, puede parecer imprevisible; pero vosotras sois más previsibles que Falete en una charcutería y Paquirrín en un after, así que no hace falta ser Nostradamus para saber qué os van a deparar estas fiestas, amigas.
En principio todas vais a vagar por la ciudad de evento en evento, regando vuestra exigua anatomía con alcohol de quemar hasta dejar vuestro hígado almibarado, con el único propósito de dar cuenta de algún chulo autóctono, de esos que en vuestro febril imaginario erótico cortan troncos, levantan piedras, tiran cócteles molotov y realizan perfectos espagat en el aire. Ingenuas.
Como vosotras, invertidas de Allende las fronteras vascas, sois legión y yo no tengo tiempo ni el coño para aurreskus, voy a ser sintética como las tetas de Yola Berrocal y simple como un twit de un tronista. Así que haciendo uso de mi licenciatura en psicología por la Universidad de Mungia y mi Master en tipologías urbanas de la universidad de la vida, voy a realizar una catalogación exhaustiva de las mariquitas que previsiblemente nos vais a visitar estos días.
La mariquita cultureta
La mariquita cultureta es esa invertida pretenciosa que llega a Bilbao con la única y falsa intención de sumergirse en la vida cultural vasca, amigas. Llega con una guía del “Lonely Planet” con todos los museos y actividades culturales subrayadas y todos las garitos gays, cuartos oscuros y lugares de cancaneo memorizados.
Por el día visitará el Guggenheim, y sus baños, acudirá a exhibiciones de deporte rural, a conciertos de música clásica y exposiciones cool, en los que solo echará de menos… los baños.
Por la noche tomará toda la información asimilada y tras una exposición prolongada al kalimotxo y otras bebidas autóctonas intentará socializar con todo aquel bilbaíno desprevenido que coincida con ellas. Dependerá de si tiene éxito con ellos que termine o no activando el Google Maps en un cuarto oscuro o deshidratándose en una sauna.
Lugares de encuentro: en el Guggenheim, exhibiciones de “Herri Kirolak” y conciertos aburridos.
La mariquita romántica
La mariquita romántica es esa invertida que pasará la semana buscando momentos, sentimientos y sensaciones, porque para las mariquitas románticas los lugares, los pedos y los polvos son eufemismos demasiado atávicos.
Una mariquita romántica no visita un lugar, asiste a un concierto o agarra un pedo, más bien descubre espacios mágicos, disfruta de momentos musicales y eleva su espíritu a través de procesos químicos, vamos que no folla, tan sólo deja que otro ser entre en él y así hacerse uno con el universo, que no es la marca de ningún lubricante, o como ellos lo llamarían, la pócima del amor carnal.
Lugares de encuentro: en los fuegos artificiales y en su puta pompa.
La mariquita friki que te cagas
La mariquita friki que te cagas es esa invertida que visita una nueva ciudad con el único propósito de ampliar su pokedex. La identificarás enseguida porque siempre va como un zombie mirando el móvil. Vamos, como cualquier mariquita común con el Grindr, pero con más probabilidad de dar con lo que busca.
Sus lugares de encuentro más comunes son monumentos, fuentes y esculturas donde se proveen de pokeballs y demás zarandajas para hacerse con más pokemones.
Si no les pilla un coche o terminan flotando en la ría, es probable que den con sus huesos en un cuarto oscuro intentando cazar un chulo, aunque lo más seguro es que terminen cazando un jubilado rubio platino de bote que confundan con una evolución inédita de Pikachu.
Lugares de encuentro: en monumentos, fuentes, urgencias o en el tanatorio.
La mariquita moderna de mierda
La mariquita moderna de mierda es esa invertida que se va a pasar la semana con cara de estar oliendo un pedo mientras desde el altar de su inmodestia te fustiga con el látigo de su indiferencia, por que para él eres más indiferente que un tomo de la Espasa Calpé para Yola Berrocal; aunque está deseando que le expliques la teoría cuántica, esa que vendría a aclarar cómo algo muy grande pueda entrar en algo muy pequeño. Vamos, la teoría de los agujeros negros.
Lugares de encuentro: en cualquier lugar desde el que mirar a la plebe con indiferencia.
La mariquita etílica
La mariquita etílica es intercambiable, puede ser cultureta, romántica, friki que te cagas o moderna de mierda. Lo único que les uniría sería su propensión a beberse hasta el agua de los floreros.
Cuando los efluvios del alcohol los posean, os contarán las maravillas de su visita a la última exposición de los cojones; intentarán que tengáis un momento íntimo que os eleve por encima de las cumbres borrascosas que os circundan o circuncidan; os intentarán convencer para que compartáis pokemones en un cercano gimnasio; u os invitaran al altar de su inmodestia donde, desde la indiferencia y con el culo en pompa, os animará a que les fustiguéis con el látigo de vuestra, vuestra… Vamos que le echéis un polvo.
Porque no nos engañemos amigas, toda mariquita que se traslada de ciudad no busca otra cosa que un buen polvo. Claro que hay que estar muy desesperada o ser muy ingenua para elegir Bilbao y su Aste Nagusia para ello.
Todo el mundo sabe que aquí, no se folla “aibalahostia”.
Lugares de encuentro: cuando el alcohol posee a la mayoría, todo se homogeneiza, homoginaza, hermafrodita… Vamos, lo que viene a llamarse el efecto “mao”. Así que probablemente todas nos encontraremos en los mismos sitios, con los mismos anhelos y las mismas esperanzas, y dará igual lo culta, moderna, pava, o pokemones que atesores, porque al final todos buscamos lo mismo, a saber, pasarlo bien y en buena compañía y aquí en Bilbao os vais a aburrir de todo eso, maricones, y mariconas, y pokemones, y pokemonas.