Bizkaia by… Ainhoa Cantalapiedra
Por ANDONI CALVO// Natural de Galdakao la artista cumplirá el próximo 25 de Septiembre 36 años. Es evidente que mejora con los años ya que está más guapa que nunca. Cantautora y ganadora de la segunda edición de Operación Triunfo, con 4 discos ya a sus espaldas, el último llamado ADN se publicó en 2014 gracias a un proyecto de crowdfunding. Ainhoa es una luchadora nata y una trabajadora incansable. Últimamente está triunfando en México, también va a menudo a Madrid pero no olvida su tierra. Bizkaia ha contribuido en su éxito, además de ser su hogar y formar parte de su vida.
De colegio de monjas
“Era muy buena, sí. Traviesa pero buena y obediente, quizás por eso ahora trato de viajar y aprovechar la vida al máximo”. Nos reconoce que hay momentos en los que se arrepiente de no haber hecho mas locuras en su juventud, “debería haber sido más niña y joven”. Pero nos confiesa que fantaseaba con ser artista desde muy pronto y que le encantaba bailar con ‘El Club Disney’. Durante la semana Ainhoa pasaba las horas con un paquete de chuches frente a la tele viendo dicho programa. “Luego hacía mis coreografías sola en casa bailando como las de Flash Dance”.
Es lanzada, valiente y extrovertida. Aún así nos cuenta que sus padres eran muy estrictos. Recuerda los madrugones para ir al colegio de monjas. También los nervios por oír el timbre del colegio anunciando el fin del día para salir corriendo a sus clases deportivas. Sobre sus recuerdos en el cole recalca que “me es imposible olvidar lo prietas que me quedaban las medias altas del cole, ya que tenía gemelos muy grandes y las demás niñas se reían de ellos. Aunque a mí me daba igual”.
Ainhoa jugaba también con su muñeca, la cual bautizó con el nombre ‘Mi Vida’, de su mismo tamaño en aquel entonces. Sigue guardándola en casa esperando a que sus hijos algún día la cuiden y disfruten tanto como lo hizo ella.
Los primeros pinitos
Su voz deslumbró por primera vez a sus compañeras de campamento en Santander. También cantaba en el cole con sus amigas. Clara García Borreguero era una de las primeras compañeras con las cuales comenzó a tocar la guitarra y cantar: “Un saludo Clara”. También recuerda los días de Santa Cecilia en su cole de ‘Las Esclavas’ de Bilbao, “que menudo nombre, por cierto” dice Ainhoa.
Quiere mandar un saludo a su amiga Beatriz Madariaga: “Pasabamos tardes flipando ser Ella Baila Sola y cantando con la guitarra. ¡Qué daría por tener videos de esos momentos!”.
Las primeras actuaciones de la ganadora de OT fueron en el salón de actos de su pueblo, “básicamente por darle a mi gente algo de todo lo que ellos me dieron en el programa de televisión”. También actuó en las fiesta de Santurce hace muchos años: “Fue de mis primeros conciertos con banda, la acogida del público fue inmejorable”.
Sus raíces vizcaínas le sirven de amarre en todos los momentos en los que se siente perdida por el mundo, un mundo por el que tan acostumbrada está a viajar con su música y su maleta. Donde no se perdía era en los primeros pubs y discotecas del Casco Viejo y de Basauri. Aun así nos reconoce que nunca ha sido muy fiestera, “soy más de bailar y salir por el día o de ir a la playa a caminar”. En cuanto a ligar no olvida su primer beso con un chico llamado Jesús, con tan solo 15 años, que fue también entre las paredes que guardan muchos secretos de la histórica Bilbao.
Pese a ello Cantalapiedra es natural de Galdakao, de la cual presume: “No porque sea mi lugar favorito sino porque lo especial de los lugares es lo que has vivido en ellos”. Su infancia y gran parte de su juventud están en muchos lugares perdidos de su pueblo. Vivió aquí hasta los 21 años entre Galdakao, Vitoria y Bilbao, ya que la universidad la obligaba a pegarse duros palizones en autobús despertándose a las 7 de la mañana para llegar a Vitoria.
El público LTGB
Cuando le preguntamos si Bizkaia le ha servido de inspiración, nos dice: “La propia Bizkaia no, pero sí todo lo pasado y vivido en sus entrañas, en sus calles y en sus rincones. Mi inspiración es mi vida y Bizkaia ha sido mi hogar durante muchos años”.
“He actuado en las fiestas de Bilbao donde hasta la lluvia se contuvo y respetó el show para que todos lo pasáramos bien”. Ironiza con la fama de “cálidos” que tenemos el público de Bizkaia pero también reconoce que “si gustas, ahí están a muerte”.
Sabe que buena parte de su público es del colectivo LGTB y es habitual en las celebraciones del orgullo, “he participado en el de Madrid, en Barcelona, este año por segunda vez en el de Maspalomas… y de mil amores lo seguiré haciendo en los que buenamente pueda, son un gran público, culto musicalmente y muy fiel a lo que aman”. Está muy agradecida al colectivo por seguir apoyándola y contar con ella año tras año.
Lugares indispensables
Sobre la costa vizcaína nos dice que “no tiene pérdida, la ermita de San Juan de Gaztelugatxe me encanta, también el puente colgante de Portugalete y tirando más hacia el interior me parecen fascinantes el Guggenheim y el monte Artxanda”. Pero si se tiene que quedar con algo sería con las playas de Laga y Laida. Aquí pasó sus mejores días de verano donde se divertía con su corcho y sus aletas. Le parece un lugar fabuloso donde se mezcla la naturaleza verde y el azul del mar. Cerca está el precioso Castillo de Butrón, el cual tiene encandilada a la artista.
“Cuando estás fuera, ¿qué es lo que más echas en falta?” le preguntamos. “No soy muy de echar en falta cosas. Prefiero dejar ese sentimiento a un lado y saber aprovechar el momento y el lugar. Cuando viajas mucho aprendes que la mejor forma de respetar es, no comparando, sino aprendiendo a abrir la mente”.
A la pregunta de si se llevaría algo de esta tierra para México responde: “Ahí me has pillado. Unos buenos talos, jamón serrano, un kalimotxo casero y algo de lo que me cocina mi ama. Sabor a casa de la amatxu…” Ainhoa en sus últimas visitas a Galdakao aprovecha para disfrutar de su sobrina, porque “el tiempo pasa demasiado rápido”. Aunque si puede no duda en “dar un paseo por Bilbao y comer, que de eso sabemos mucho aquí”.