Bukkake
El bukkake es una práctica sexual grupal que consiste básicamente en que uno se pone en el medio y el resto hacen un corrillo alrededor y se masturban hasta eyacular todos sobre el primero. O sea que, en este caso, al que recibe no le introducen nada en su cuerpo, pero se lleva un tratamiento de mascarilla hidratante con el esperma de un grupo de lozanos maromos de forma gratuita y sólo por llamar.
Habitualmente, las eyaculaciones van a parar a la cara, y en muchas ocasiones se recoge el semen para luego darle de beber al receptor de las corridas. Para gustos, los colores.
Evidentemente esta práctica tiene un algo –un mucho- de juego de degradación y humillación. Además de que te puede entrar un lefazo en el ojo y no veas cómo pica (y lo sabes porque te ha pasado). El bukkake comparte en este sentido categoría con otras prácticas como el gangbang, el edging o el BDSM.
Si no te convence eso de que es degradante, no tienes más que ver de dónde viene el bukkake: de Japón, o sea, del país donde la humillación y la perversión son un arte. Se cuenta que corría -jiji- el siglo VII a.C y por el país del sol naciente ya andaban ellos eyaculando en grupo sobre mozas para castigarlas por haber sido adúlteras. O sea, un “no querías caldo, pues toma dos tazas” de toda la vida. Además, la palabra bukkake significa literalmente “salpicón” en japonés. Aquí podríamos haberlo traducido como TutukiSplash.
El caso es que luego, en los años 80, les ha venido muy bien a los japoneses recuperar esta práctica para venderla en formato de VHS porno, ya que en su país las normas de censura en el XXX son bastante estrictas. Como el bukkake es una forma de retratar un climax con alto contenido erótico sin mostrar ni penetraciones, ni vaginas abiertas ni vellos púbicos, empezó a venderse bastante bien hasta hacerse conocido.
En los 90 se extendió el gusto por el bukkake como género porno también por Europa y Estados Unidos como parte de una tendencia a consumir un tipo de cine X más duro, junto con las dobles penetraciones y las orgías y tal. La diferencia primordial es que en los vídeos japoneses la persona del medio del corrillo era una niñata usualmente vestida de uniforme escolar (toma ya), y se percibe la escena como un momento de castigo o humillación, mientras que en las versiones occidentales el hombre o mujer del medio está como un niño con zapatos nuevos feliz y contento con su papel.
Hoy en día se puede encontrar una cantidad de clips porno con bukkake de todas las procedencias (¿a que ya lo has mirado?) y se ha extendido como un género más, dentro de los más pervertidillos.
En el caso concreto de los bukkakes gays, al no existir la presencia de una mujer como receptora de castigo o supuesta humillación al recibir una cantidad ingente de semen, el género se libra de este halo de machismo o perversión, y es consumido con bastante naturalidad. En la mayoría de clips que se pueden encontrar en la red, vemos que se mezcla el bukkake con escenas de sexo oral, con gangbang, etc, así tan ricamente –juasjuas- como una variedad más.
Existen versiones para todos los gustos: el bukkake simple, el bukkake donde después se recoge el genero y se da a beber en un recipiente, el bukkake con dos receptores que después con el semen en la cara se restriegan y lamen mutuamente, etcetc… ¡Imaginación al poder!
Pero si tú lo que quieres no es verlo sino vivirlo, ya sea poniéndote en el medio del corro de las patatas o donando un poco de tu esperma para la ocasión o simplemente mirando, ya sabes lo que tienes que hacer: pon un anuncio en internet, que ya verás como salen voluntarios de debajo de las piedras, o vete a algún antro de esos en los que siempre te quedas mirando con curiosidad, a ver si cae algo. Eso sí, luego nos lo cuentas, ¿ok?
Me gustaría probarlo.