Mario Vaquerizo
‘Soy una working girl’, nos dice desde el otro lado del teléfono. No le falta razón al líder de Nancys Rubias, que tan pronto se sienta a la izquierda de Ana Rosa como experimenta con todo lo que Pablo Motos le pida.
A Mario aún le queda tiempo para meterse a fondo con uno de sus sueños: convertirse en el biógrafo oficial de Fabio McNamara. Además, prepara el nuevo asalto de las ‘Nancys’, que verá la luz en Navidad, y se defiende con uñas y dientes de todo aquel que dude de su relación con Alaska. Sin pelos en la lengua, Vaquerizo va al grano cuando sólo llevamos 30 segundos de charla: ‘Empieza a disparar y te voy contestando, ¿vale cariño?’.
BLUE.- La última vez que nos vimos quedaban pocos minutos para el concierto que disteis en Aste Nagusia… ¿Qué tal fue?
Mario Vaquerizo.- Fue perfecto. La respuesta en Bilbao siempre ha sido positiva, la gente es muy amable y se muestra muy receptiva a la propuesta que hago con las Nancys Rubias. La afluencia fue brutal, había un montón de gente y lo pasamos genial. Tenemos grandes amigos bilbaínos, de hecho uno de los miembros de las Nancys es de Bilbao…
B.- Hay quien dice, entre ellas tu esposa, que estáis abonados al País Vasco. ¿Cuál es el imán que une a Nancys y Fangoria con Euskadi?
M.V.- Yo creo que hablamos el mismo idioma, somos personas desprejuiciadas, sabemos reírnos de nosotros mismos. Son cosas que fluyen, es cuestión de empatía y de complicidad. También hay ciudades a las que vas que no te gustan tanto y que te dan más pereza, pero es cierto que Bilbao tiene elementos característicos que nos gustan mucho.
B.- Viajemos al pasado. ¿Recuerdas el día que tomaste tu primera caña?
M.V.- Sería a los 14 años, cuando empecé a salir por la noche. Yo pasé de la Coca Cola a la cerveza Mahou. En mi casa siempre se ha bebido cerveza, forma parte del patrimonio de todas las familias, y es cierto que lo que empezó siendo algo esporádico se ha ido convirtiendo en mi día a día. Pero, vamos, que tampoco estoy todo el día bebiendo cerveza. Bebo cerveza porque me gusta mucho más que otros alcoholes y porque aporta mucha vitamina B y agua de cebada, con lo cual es maravillosa.
B.- ¿Cuándo diste el taconazo y dijiste… ¡‘Yo quiero ser artista’!?
M.V.- No, no, yo no soy artista. Una artista puede ser una cajera del DIA o un camionero. Ser artista no es tener un foco y estar cantando canciones. Más que ser artista, yo siempre he dicho: ‘Quiero ser como otra persona’. Empecé a los 4 años, cuando vi ‘Grease’, y desde pequeñito quise ser John Travolta. Y lo conseguí, aunque fuera en los carnavales de mi colegio. Y después, hace diez años, cuando me picó el gusanillo del escenario quería ser una ‘rockstar’ como Tommy Lee como los Village People, los Ramones… Me considero una persona que en cada momento ha hecho lo que le ha apetecido y ha luchado por ello.
B.- Las Nancys están ahora más alto que nunca, pero… ¿Recuerda algún concierto de ‘tierra trágame’?
M.V.- Bueno, se siguen viviendo, ¡eh! Nunca hemos tenido sensación de ‘tierra trágame’, pero sí en algún momento dado la de ‘qué maleducada es la gente que está ahí’ cuando empiezan a insultar. Si no te apetece ver al grupo, date la vuelta y ya está. Y además, insultando estás consiguiendo el efecto contrario, que las personas encima del escenario se crezcan y sean importantes, porque yo a las cosas que no me interesan no las presto atención. Si no te gustan las canciones de Nancys Rubias, ¿qué coño haces en primera fila mirándonos?
B.- Eres de los pocos que pueden permitirse el lujo de colaborar en programas de distintas cadenas. ¿Eso cómo se consigue?
M.V.- Yo creo que siendo tú mismo, siendo buena gente, siendo sincero y no engañando a la gente.
B.- ¿Y la energía de dónde la sacas?
M.V.- Llevando una vida muy ordenada, tratando de dormir 7-8 horas al día y haciendo mucho ejercicio. Soy un afortunado, porque todas mis aficiones se han convertido en mi modo de vida y no tengo sensación de estar trabajando, sino de estar disfrutando. Eso sí, al final del día miras hacia atrás y dices, ‘coño, si soy una working girl, no he parado de trabajar’.
B.- ¿Qué importancia tiene el look para una estrella?
M.V.- El look tiene importancia seas una rockstar o no lo seas. ¿A quién no le gusta verse guapo? Todo el mundo nos preocupamos por nuestro aspecto externo, nos gusta cuidarnos, porque eso va en la condición humana. Y el que no lo quiera reconocer se está mintiendo a sí mismo, y no hay nada peor que eso.
B.- ¿Y a quién copia Mario Vaquerizo?
M.V.- Sólo a los chicos que me gustan: Tommy Lee, Prince, Joey Ramone, David Bowie, a los miembros de The Horrors… Tengo muchísimos referentes, lo que ocurre es que también acaban siendo referentes musicales. Son músicos que no sólo se han preocupado por su música, también por su imagen, por las portadas de sus discos, por los modelos que van a sacar al escenario… El pop no sólo es música, es un espectáculo. Claro que tienes que tener detrás unas buenas canciones, pero una canción sin una buena presentación puede pasar incluso desapercibida.
B.- ¿Y cómo llevas que sea otra gente la que te tenga a ti como referente?
M.V.- No lo pienso. Es verdad que soy referente para alguna gente, porque constantemente me preguntan dónde me compro la ropa o se han disfrazado de mí… Lo vives como un halago, pero en el día a día no lo piensas, porque si no te vuelves loco.
B.- Habéis abierto las puertas de vuestra vida para un reality. ¿No resulta duro sonreir 24 horas al día?
M.V.- Mi actitud es esa siempre, la sonrisa la pierdo muy pocas veces. Además, las cámaras no están las 24 horas del día durante los dos meses del reality; están sólo ocho horas al día. A mí me encantaría que me estuvieran grabando las 24 horas, porque yo considero que hacer un reality es eso. Si me supusiera alguna incomodidad o problema, no lo haría. Lo hemos hecho porque nos apetecía y porque nos divierte mucho como concepto.
B.- ¿Es cierto que han tenido que poner un cartel en su portal porque les tocan el timbre una y otra vez?
M.V.- Sí, eso sí y eso sí lo llevo mal. Yo vivo en una comunidad de vecinos, y es una falta de respeto hacia ellos. Y además, yo también, como fan que soy, si voy a Ambiciones, me hago una foto en la puerta pero no pinto en la fachada. A veces la gente no tiene educación, y eso es lo que me molesta. A mí no me importa hacerme fotos con todo el mundo, pero que lo pidan con educación. Muchas veces eso la gente no lo entiende, pero habrá que educarles…
B.- Hace poco asistí atónito a una tertulia televisiva que giraba en torno a tu relación con Alaska. ¿Es cansino tener que defender una y otra vez su amor por su esposa?
M.V.- Yo ya estoy hasta los cojones de decir que si soy maricón o que si no lo soy. A mí no me están atacando, porque para mí ser maricón no es ni un insulto ni una desgracia, pero sí están infravalorando a Alaska. ¿Qué pasa, que Alaska es tonta? ¿Está con un maricón para hacer un paripé? La están infravalorando a ella, y eso sí me molesta. Pero a mí me hace crecerme, porque con todas las cosas importantes que hay en esta vida, que una televisión dedique veinte minutos a eso, vamos, me parto y me mondo. Así les va a ir, seguro que van a cerrar esa televisión, porque no están dando contenido que divierta a sus espectadores.
B.- ¿Dirías que el público gay sigue con especial interés la carrera de Nancys?
M.V.- No sólo tenemos público gay, cada día que pasa tenemos un público más amplio, yo creo que porque hacemos canciones de estructura pop con melodías muy pegadizas que gustan a travestis, a heterosexuales, bisexuales y homosexuales. Es música para todos los públicos… A mí el término ‘música para gays’ me parece un horror y me espanta. La música tiene que ser para todos, y habrá gays a los que les gusten las Nancys y habrá gays a los que les espantemos. Ser gay es una opción que sale de ti, más allá de la música o el arte que consumas.
B.- Volviendo a la música, ¿qué nos tienen preparado las Nancys para el invierno?
M.V.- Haremos algo para navidad, pero todavía no sabemos el qué. Hemos decidido que para cada temporada vamos a hacer una canción, un hit. Cuatro al año, que no hace daño. Las Nancys no vivimos de la música, aunque estemos ganando mucho dinero con el grupo. Vivimos de otras cosas, esto es un hobby. Yo lo tengo más fácil porque soy mi propio jefe y me organizo mi agenda, pero ten en cuenta que cada Nancy tiene su trabajo y muchas veces no disponen de los dos meses seguidos que hacen falta para grabar un disco.
B.- Y también te encuentras enclaustrado escribiendo la autobiografía de Fabio…
M.V.- Es lo que más ilusión me hace en la vida. Llevaba diez años detrás de él, y el que la sigue la consigue: por fin he conseguido que Fabio me diga que sí, y me ha hecho el regalo de convertirme en su biógrafo oficial.
B.- Una curiosidad que nos invade, para terminar. ¿Has sido tentando para ir a realitys como el Campamento o los saltos de piscina?
M.V.- Me ofrecen este tipo de programas constantemente, pero a la mayoría he tenido que decir que no, y no porque tenga nada en contra de esos concursos, sino porque no tengo tiempo. No me gusta comprometerme y luego tener que salir por patas.