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Gaydar , las antenitas para detectar semejantes

Vas a pensar que a los de BLUE se nos han agotado las ideas, y que este mes te proponemos una chorrada como un piano. Lo más probable es que ya hayas oído hablar del “radar gay” antes, y que pienses que no es más que una invención sin base científica alguna. Pero no, querida amiga, el tema del “gaydar” se ha estudiado, y mucho, desde la década de los 90 (aunque no se haya llegado a ninguna conclusión de peso).

Habrá quien esté leyendo este modesto artículo con expresión ojiplática. ¿Qué es el “gaydar” al que nos referimos? Pues, para empezar, es un término anglosajón que se refiere a la posible técnica, también conocida como sexto sentido, que los homosexuales tenemos para detectar si quien tenemos enfrente también es gay.

¿Cuántas veces has “detectado” si éste o aquel maromo es gay, para asombro de tus amistades heteros? Bueno, pues de eso te hablamos hoy.

Lo que puede parecer simple intuición ha sido analizado por varios psicólogos en los últimos años. Esta misma década, en 2012, se llevó a cabo un experimento sobre el radar gay basado en la identificación de rostros. El éxito fue relativo: en el 60% de los casos se acertó si una persona era gay o no. En otro tipo de estudios, la cosa ha alcanzado más del 70% de aciertos, pero nunca se ha superado este porcentaje. Aún así, son datos que mejoran un ápice lo que sería la “suerte” a la hora de dar en el clavo.

Los genetistas también se han metido en este retorcido asunto. Argumentan que los gays suelen tener ciertas características físicas que en los heteros no son tan habituales. Por ejemplo, hablan de los “remolinos” en el pelo. Según varios de estos expertos, en los pelos de un homosexual, el remolino va en sentido contrario a las agujas del reloj. También afirman que los gays tienen una longitud de los dedos índice y anular más propia del género femenino.

Otro estudio, checo para ser más concisos, afirma que los hombres gays tienen rostros más anchos, narices más chatas y el mentón más grande y redondo.

También hay quien ha aplicado su “gaydar” guiándose únicamente por la voz de otras personas.

El estudio más reciente se basó en la información que las personas dejamos en nuestras redes sociales. No todos tenían los gustos que marcan los estereotipos gays, por supuesto. Había, por igual, fanáticos de Kylie Minogue, del fútbol, la caza o los coches. En el 60% de los casos, los participantes acertaron la sexualidad de las personas que se pusieron a prueba, lo que hizo pensar a aquellos señores de bata blanca que, en el tema de la intuición, la comunidad LGTB no anda tan mal.

Aún así, es un término que nació en los años 80 y que, la mayoría de asociaciones y militantes aconsejan desechar, porque alimenta estereotipos de lo más rancios. Sí, estamos de acuerdo con esta conclusión… pero mola jugar a adivinar de vez en cuando, cuando vamos en el metro o nos cruzamos con alguien interesante… ¿o no?

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