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Arantxa Echevarría y su película «Carmen y Lola»

Aunque “Carmen y Lola”, la película que habla sobre el amor lésbico entre dos jóvenes gitanas, se estrenará el 7 de Septiembre, gracias al “bilbao bizkaia pride” de este año tendrás la posibilidad de disfrutar en exclusica de su preestreno, y de forma gratuita. Su directora, una mujer con las ideas claras y de Bilbao, acaba de arrasar en Cannes. Y no solo por ser la primera mujer del estado español en estar en la quincena con su película, sino porque este film pretende dejarnos a todas fascinadAs. No ha sido fácil, ha entrevistado a 1.200 gitanos y gitanas, la gran mayoría, como podéis imaginaros, eran reacias a interpretar los papeles de las protagonistas. Aún así lo ha conseguido. Y es que ya lo he dicho, es de Bilbao. Y es mujer. Pese a que lo tengan mucho más difícil, cada vez tienen mayor presencia en el mundo del cine y eso queda reflejado en obras tan necesarias como Ésta. Arantxa nos ha contado también lo delicado que es el tema y dónde ha encontrado su fuente de inspiración. Vais a flipar con lo que nos trae la directora de cine.

BLUE.- ¿Por qué te has decantado un por un tema tabú, tan atrevido, para tu ópera prima y no has hecho algo más comercial?

Arantxa Echevarría.- En realidad quería hablar sobre el primer amor, ese momento en la vida en el que estamos con las hormonas loquísimas y en la que nos toca tomar decisiones. Mientras tenía esta idea en la cabeza salió la noticia de la primera boda lésbica gitana. Cuatro años después de que se aprobará la ley. Lo que me sorprendió de la noticia de estas chicas, era que salían de espaldas en la foto, sin decir sus nombres reales y además a su boda no había acudido nadie.

B.- ¿Qué te decía la gente cuando les hablabas de tu proyecto?

A.E.- Que estaba loca, que cómo me iba a meter en ese follón, con un tema tan delicado en el mundo gitano. Yo creo que en el cine hay que ser valiente, hacer una apuesta muy de corazón y creértela. Como mujer me parece muy interesante hablar de esta realidad, de algo que tenemos en nuestro paisaje común. Son personas que tenemos muy cerca pero a las que no hacemos caso y que además prejuzgamos.

B.- ¿Cómo hiciste el casting?

A.E.- Con muchísima dificultad. Lo primero, quería que fueran gitanos de verdad, no actores. Y me dí cuenta que no había.

B.- ¿Qué perfil buscabas, qué gente se presentaba y qué te decían de la película?

A.E.- Fue un proceso largo, tuvimos que ir a discotecas, a sitios donde los gitanos van a ronear… Ten en cuenta que venían ilusionadas al casting pero claro, cuando les contaba para qué era el papel todas se echaban atrás. De hecho, cuando venía alguna chica que daba el perfil y me podía encajar le preguntaba: ¿Oye, te importaría salir fumando en la película? Y me decían: “Tú estás loca, como me vean los gitanos…” Y entonces ya no era necesario seguir preguntando.

B.- ¿Y de dónde salieron entonces Rosy Rodríguez y Zaira Romero (Carmen y Lola)?

A.E.- Del casting de los 1.200 gitanos. Una de las protagonistas, Zaira Romero era de las primeras que vi, funcionaba fenomenal, tenía muchas agallas y era muy Lola, muy como el personaje. Estaba estudiando para peluquera, desencantada de todo y buscaba una salida. Sin duda, aquí vio una gran oportunidad. El problema vino con el otro personaje, con Carmen. Pasaban los meses y no encontraba una actriz para el papel. Ninguna se atrevía o su entorno no le dejaba. Y por fin apareció Rosy. Era una chica más mayor, de 18 años, casada con un chico estupendo con la mente super abierta. Esta chica necesitaba trabajo me vino diciendo que necesitaba pasta. Le expliqué todo e hicimos un par de pruebas, además encajaba con Zaira. Al final me dijo que sí, que este mundo le estaba fascinando. Son dos chicas con una valentía enorme.

B.- ¿Qué te ha inspirado a la hora de escribir el guión?

A.E.- Era tan complicado hablar con la comunidad gitana del tema LGTB que un día se me ocurrió meterme en internet, en todos los chats LGTB con el Nick de Gitana Wapa. Me entraron mogollón de tíos: “¿eres gitana de verdad?, ¿tienes cámara?… “Y yo: “déjame, déjame”. Hasta que una chica me pregunto a ver de qué familia era. Ahí dije, “está no es la pregunta de un payo, esto solo lo pregunta una gitana de verdad”.

B.- ¿Y qué le respondiste, te pilló?

A.E.- Mentí. Dije Heredia, un apellido muy gitano. Se puso a hablar conmigo y como a la de media hora vi que se estaba creando un vínculo de amistad y le dije la verdad. A raíz de ahí cree un entorno de chicas con las que estuve hablando durante dos años, casi a diario. Cada idea que tenía se la comentaba y ellas me iban diciendo “eso es imposible, por eso mi padre te habría matado” o “sí, sí, por ahí van los tiros”… Gracias a ellas conseguí hacer la base de la historia.

B.- Tu película también habla de machismo. El mundo está fatal en este aspecto, en general, y más aún en el mundo gitano. ¿Lo has visto así?

A.E.- La base de la cultura gitana es la familia, la honra a los mayores. El tener un hijo diferente, transexual, gay… cualquier cosa que te saque un poco de la comunidad implica que todo el mundo te va a señalar.

B.- ¿Crees que los gitanos también evolucionan, al igual que evolucionamos los payos en igualdad?

A.E. – Mira, Andoni, solamente os animo a que miréis los comentarios al trailer que hay en Youtube.

B.- Me pregunto si los gitanos viven en Guetos, están excluidos, porque ellos quieren o porque a las instituciones y a los demás nos interesa que estén así. ¿La culpa es de ellos o nuestra?

A.E.- La culpa es nuestra. Les llevamos pisoteando 500 años. Lo que pasa es que ahora vamos de modernos y nos gusta decir “vamos a ayudar al pobre gitanito”. Están hasta las mismísimas de esa mirada paternalista del payo. No nos damos cuenta de que son nuestros hermanos. Cuando vamos fuera lo que exportamos es el flamenco, la fiesta y el gitaneo. Pero luego nos agarramos el bolso cada vez que vemos pasar un gitano cerca. Hasta hace bien poco en la RAE gitano era sinónimo de ladrón. El gitano ve nuestra cultura como una cultura opresora y los entiendo perfectamente. Por eso todo lo que está pasando no lo interiorizan como suyo, hablo de los avances en igualdad en el mundo LGTBI, feminismo etc.

B.- ¿Y cómo solucionamos esto?

A.E.- Esto se soluciona tratándolos de una forma normal, sin paternalismo y escuchándoles. Hay que permitir que ellos mismos se regulen. Hay gente maravillosa que quiere lo mejor para el pueblo gitano, hay que ayudarles para que ellos se realicen y no ir desde fuera diciendo: “Yo blanquito mono te voy a dar una ayuda social porque no encuentras trabajo”. Ellos mismos tienen que generar el cambio y decidir cómo quieren incorporarse a nuestra sociedad, si quieren, claro.

B.- Has sido la primera directora de cine española en ir a Cannes con su trabajo. En este caso, con una película rompedora y atrevida. ¿Qué tal te ha ido?

A.E.- La verdad que ha sido un subidón impresionante. La sensación es que en Europa, fuera de España, sí que hay cine femenino. En la quincena en la que estaba yo éramos 5 directoras mujeres. Lo que me parece horrible es que yo sea la primera española… Es muy tarde, estamos en el siglo XXI.

B.- Sois menos y ganáis menos… Las mujeres directoras de cine sois solo un 20%. Y lo tenéis mucho más complicado. En tu caso particular, ¿lo has tenido más difícil por ser mujer?

A.E.- Tengo 49 años y ésta es mi primera película como directora, con eso te digo todo. Las mujeres tenemos muchas cosas que contar desde distintos puntos de vista. Cosas que no son ni mejores ni peores que las del hombre pero es que no nos las han dejado contar. Parece que ahora ya hay una pequeña fisura que entre nosotras, pico y pala, tenemos que conseguir que se convierta en una autopista para mujeres. En esta película la directora de arte, la música, la directora de foto… son mujeres. En “Carmen y Lola” mandamos las mujeres.

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